Apostolado Moderno y G12

APOSTOLADO MODERNO Y G12

2ª Corintios 11:13–15; 1ª Timoteo 4:1; 2ª Pedro 2:1–3

Pastor Víctor Pino Gamboa.*
Iglesia Evangélica Bíblica Fundamentalista “Baluarte de la Verdad”.
Nuevo Chimbote. Perú.

Lunes 12 de febrero de 2007.

INTRODUCCIÓN.

Es un gran privilegio para mí participar del XIX Congreso de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC). De igual manera me es honroso haber sido designado para exponer sobre el Apostolado Moderno y los G12, movimientos con posturas doctrinales controversiales y matices heréticos cuestionables, peligrosas para la fe bíblica fundamentalista, pero muy atractivas y aceptables para muchos por sus estrategias humanas astutamente elaboradas, novedosas y alucinantes; que por su carácter sectario están causando división entre pastores e iglesias en algunos países de Latinoamérica. Nuestra responsabilidad es hacerles frente con el discernimiento de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo.

I. RAÍCES HISTÖRICAS DEL APOSTOLADO MODERNO.

A. Inicios del Movimiento de Restauración.

Según algunas autoridades, el apostolado moderno se inicia con el avivamiento de la “imposición de manos”, en el año 1948, en Battleford del Norte, Saskatchewan, Canadá. Dicho avivamiento se propagó en todo Canadá y fue adoptado por diversos líderes en los Estado Unidos, que lo consideraban como el cumplimiento de la profecía de Joel 2:23. Este avivamiento fue conocido como “Movimiento de la Lluvia Tardía” (Later Rain Movement) y se caracterizó por ser un movimiento de extremos; sus líderes tuvieron éxitos maravillosos y derrotas terribles. Como siempre sucede, con el calor del fervor del avivamiento, junto con la buena doctrina surgieron doctrinas erróneas.

Para el año 1953, este movimiento había perdido fuerza. Muchas de las iglesias a las cuales tocó volvieron a la normalidad, otras exageraron en sus explosiones de mala doctrina y práctica, y otras retuvieron los elementos de la enseñanza del avivamiento y paulatinamente comenzaron a consolidarse en lo que hoy se conoce como la iglesia del “Movimiento de Restauración”. (1).

El viejo estigma con los excesos de “la Lluvia Tardía” había quedado en el olvido. La enseñanza inicial de la “restauración de todas las cosas” vino a caracterizar estas iglesias, y por esta razón son conocidas como “iglesias de la Restauración”. El Pr. Miguel Rossel enfatiza: “Paulatinamente, después de la Segunda Guerra Mundial, los maestros del mundillo pentecostal empezaron a dejar de lado el entendimiento literal pre–milenial de la profecía, y llevados por los “nuevos” aires esotéricos del momento, encabezados por movimientos como el mencionado Later Rain (Lluvia Tardía), más tarde el Restauracionismo, Reconstruccionismo, Nuevo Reformismo Apostólico, etc., y en estos días, el G12 entre otros y toda doctrina postmilenarista y triunfalista, vinieron a creer el mensaje, que en absoluto es nuevo: “Podemos ser espiritualmente transformados en conocimiento y unción sin límites, para así dominar el mundo”. Este mensaje suena a gnosticismo y Nueva Era.

Sigue diciendo Rosell: “En realidad, ¿qué nos recuerda esto último, sino las palabras del padre de la mentira, Satanás, cuando dijo: “Serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios (Génesis 3:5)? Cabe decir que esas doctrinas emanadas de tales revelaciones, profecías, sueños y visiones ajenos a la Palabra, siguen vigentes en muchísimos sectores del carismatismo y pentecostalismo actual. Del Movimiento de Restauración surgen los “apóstoles” y “profetas” modernos, quienes serán, según ellos, los paladines que dirigirán el establecimiento del Reino de Cristo en esta tierra”. (2)

B. Restauración del Movimiento Apostólico.

Según los propulsores de este movimiento, Dios está restaurando e introduciendo en la iglesia el ministerio y oficio apostólico y profético, y con ello, una nueva comprensión y vigencia de lo sobrenatural, como jamás se ha visto hasta ahora.

John Eckhardt dice: “No es mi intención decir que nadie caminó en el oficio apostólico antes de 1990. A través de la Iglesia, siempre hubo quienes operaron bajo esta unción. Más bien me estoy refiriendo acerca de la plena restauración de este oficio. El Señor está honrando el oficio del apóstol y está derramando su gloria sobre él en esta hora… Con la restauración del oficio del apóstol, hay una restauración de la doctrina apostólica, una revelación apostólica, un gobierno con audacia apostólica. Aunque en algún grado todas las unciones y oficios han estado en operación desde la Iglesia Primitiva, me estoy refiriendo al oficio restaurado en plenitud”. (3)

Esta forma de argumentar nos hace pensar en el grado de egocentrismo que anima a los “apóstoles modernos” y la forma tergiversada de entender el desarrollo histórico de la Iglesia Cristiana. Como si Cristo, el soberano de la Iglesia hubiese descuidado su obra y la hubiera dejado a la deriva, víctima de las circunstancias. Me da la impresión como que hubiese un sutil pensamiento deísta de esta forma de pensar. El Señor Jesucristo jamás ha abandonado a su Iglesia. Él dijo: “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).

II. DOCTRINAS Y PRÁCTICAS DEL APOSTOLADO MODERNO.

A. Doctrinas.

Veamos las tres doctrinas que considero son las más pertinentes para el tema que estamos abordando:

1. “La Biblia: Un libro profético”.

Los promotores de la llamada “Restauración Apostólica y Profética” pretenden que las iglesias reconozcan que “la Biblia es un libro profético y apostólico”. Su argumento es que “fue escrita básicamente por profetas (Antiguo Testamento) y por apóstoles (Nuevo Testamento)”.

Esta afirmación no es cierta, puesto que las Escrituras no fueron escritas básicamente por profetas y apóstoles, fueron escritas por sacerdotes, estadistas, reyes entre otros. Más bien, con esta afirmación demuestran tener concepto distorsionado de lo que es la Palabra o revelación escrita de Dios (las Sagradas Escrituras).

2. “El oficio apostólico: Un ministerio perpetuo”.

Los “apóstoles modernos” argumentan: “El oficio apostólico nunca debió cesar, fue destinado a ser un oficio perpetuo en la Iglesia a través de los tiempos. Los once apóstoles entendieron por la profecía de David que este ministerio debe ser suplido cuando haya vacante” (Toman como fundamento escritural el Salmo 109:8 y Hechos 1:20). Sigue diciendo John Eckhardt: “Este oficio ha estado vacante durante largo tiempo en los últimos 2000 años pasados… Hoy está siendo suplido por aquellos a quienes el Señor ha escogido”. (4)

Los “apóstoles modernos” deben recordar que el Señor Jesucristo llamó sólo a doce hombres como sus apóstoles. A la muerte de Judas, fue elegido Matías, y posteriormente fue añadido Pablo. A ellos algunos los llaman apóstoles fundamentales por nombramiento; constituían un grupo exclusivo y sólo ellos tenían un ministerio de por vida, comisionados directamente por Jesucristo.

Como apóstoles de Jesucristo ellos:

  1. Tenían autoridad en la Iglesia, y a ellos se les debía obediencia (Romanos 1:5; 2ª Corintios 2:9; Filipenses 2:12);
  2. Eran los que recibían y transmitían el Evangelio (1ª Corintios 15:3–7; 11:23; 1ª Tesalonicenses 2:13);
  3. Eran quienes garantizaban la revelación de Jesucristo (1ª Timoteo 6:20; 2ª Timoteo 1:12, 14);
  4. Eran parte de la fundación de la Iglesia (1ª Corintios 3:10; 9:1,2; Efesios 2:20); y
  5. Sus escritos debían ser usados en la Iglesia como Palabra de Dios (Colosenses 4:16; 1ª Tesalonicenses 5:27; 2ª Pedro 3:16).

Por causa de estos requisitos, los apóstoles fundamentales fueron limitados a la primera generación y no debía convertirse en un oficio eclesiástico. La perpetuidad del oficio apostólico no puede ser sostenida desde un punto de vista bíblico o teológico, por lo menos no en el mismo sentido que los Doce. La sucesión apostólica no es lograda a través de los obispos. Esta idea ni siquiera tiene fundamento desde una perspectiva bíblica o teológica.

Los “apóstoles modernos” afirman que el ministerio apostólico es el más grande ministerio que Dios pone en la Iglesia.

En ninguna parte del Nuevo Testamento se enseña o siquiera se insinúa alguna jerarquía ministerial. Ninguno de los apóstoles reclamó un lugar de autoridad o preferencia en el ministerio; ni tampoco su palabra fue ex cátedra e infalible. Pablo refutó públicamente a Pedro por su simulación entre los judíos (Gálatas 2:11–14). En el Primer Concilio celebrado en Jerusalén, ninguno de los doce apóstoles lo dirigió, fue Santiago, el hermano de Jesús quien presidió (Hechos 15:13–27). Si por el hecho de ser nombrado en algunas partes de la Biblia primero el ministerio apostólico entre el de profeta, evangelista, pastores y maestros, el de maestro debería ser el último en autoridad, y estaría supeditado a la autoridad superior de los demás.

Tendríamos que preguntarles: En la lista de dones que Pablo da en su carta a los romanos, ¿cuál es el último? (Romanos 12:6–8) y ¿cuál es el último en la lista que Pablo da en la carta a los corintios) (1ª Corintios 12:27–30)?

3. “Nuevas revelaciones”.

Una de las características del Movimiento Carismático, del cual los “apóstoles modernos” son los mejores exponentes, son las “revelaciones de lo escondido u oculto”.

John Eckardt, uno de los principales paladines del apostolado moderno (Reformistas Apostólicos – “New Apostolic Reformation”), dice: “El ministerio apostólico es un ministerio de revelación. Los apóstoles traen claridad al cuerpo de Cristo con respecto a los planes y propósitos de Dios” (5)

Tales revelaciones son innecesarias desde que el canon bíblico se cerró, al escribirse el Apocalipsis. Desde entonces ninguna profecía escrita o verbal ha sido reconocida universalmente por los cristianos como verdad de Dios. Estas nuevas verdades y nuevas revelaciones no son otras sino las viejas herejías del gnosticismo, que enseña que una nueva élite espiritual posee el “conocimiento oculto” del reino espiritual.

“Todos los reclamos para comunicar alguna revelación adicional a la que ha sido dada por Dios en este cuerpo de verdad son falsos reclamos y deben ser rechazados” (George Lawlor). “Nuestra fe cristiana descansa en una revelación histórica y objetiva. Eso excluye todas las profecías inspiradas, visiones y otras formas de revelaciones hasta que Dios hable de nuevo al regreso de Cristo (Hechos 2:16–21; Apocalipsis 11:1–13)”. (6)

B. Prácticas.

Señalaré sólo dos prácticas del apostolado moderno:

1. “La guerra espiritual”.

Los “apóstoles modernos” hacen mucho énfasis en la guerra espiritual.

John Eckhardt dice: “Aunque cada creyente tiene un rango de autoridad para echar demonios, los apóstoles caminan y ministran en el más alto rango. Los malos espíritus y ángeles reconocen este rango. Los apóstoles son comandantes espirituales de la Iglesia. Los apóstoles, como generales y comandantes, tienen la habilidad de movilizar a los santos para la guerra”. (7)

Este argumento, como otros similares, expresan una variante del concepto de la guerra espiritual como doctrina y como práctica. Estas afirmaciones evidencian una vez más el carácter exclusivista y egocéntrico de los “apóstoles modernos”. ¿Y qué de los demás ministros y creyentes en el Señor?, ¿Son personas desposeídos de la unción del Espíritu Santo? Si esto fuese verdad, ¿dónde quedaría la eficacia de la Palabra de Dios? (Juan 17:17; Hebreos 4:12; Efesios 6:17). La Palabra de Dios está al alcance de todo creyente como hijo de Dios.

2. “Profecías”.

Según los ideólogos de este movimiento, conceptualmente el ministerio apostólico está íntimamente ligado al ministerio profético; incluso, en muchos casos para que alguien llegue a ser apóstol tiene que pasar por una evolución ministerial, es decir, primero discípulo, luego pastor, después profeta y al final apóstol, puesto jerárquico de “mayor rango”.

Al respecto, Hill Hamon (“apóstol”) argumenta: “Dios todavía desea que su voluntad se exprese verbalmente. Por esto ha establecido el ministerio profético como una voz de revelación e iluminación que muestra la mente de Cristo a la raza humana…”. (8)

John MacArthur puntualiza al respecto: “La línea entre aclarar la Escritura y añadirle es ciertamente muy fina. Pero la Escritura no se aclara escuchando a alguien que piensa que tiene el don de profecía. La Escritura se aclara cuando se estudia cuidadosa y diligentemente (ver el relato de Felipe y el eunuco etíope: Hechos 8:28–35). No hay atajos para interpretar la Palabra de Dios correctamente” (compare Hechos 17:11; 2ª Timoteo 2:15). MacArthur sigue diciendo: “Lamentablemente, muchos carismáticos no siguen las pisadas de Pablo. En vez de eso, usan un camino muy transitado por teólogos liberales y neo-ortodoxos, por existencialistas, por humanistas y por paganos. No cabe duda que la mayoría de los carismáticos lo hace sin saber. Ellos dirían: “Creemos en la Biblia; no queremos contradecir las Escrituras; queremos defender la Palabra de Dios”. Pero los carismáticos son atrapados en una terrible tensión al tratar de asirse de la Biblia mientras que al mismo tiempo hacen de la experiencia su verdadera autoridad. Los criterios de los líderes y teólogos carismáticos evidencian su conflicto” (9)

III. PERSPECTIVAS.

1. Unidad de la Iglesia bajo el liderazgo de los apóstoles y profetas.

Los “apóstoles modernos” son los agentes activos del Movimiento Ecuménico y propulsores de la “Teología del Dominio”, conocida también como “Teología del Reino Presente” o también “Teología del Reino Ahora”. El principal proponente de esta teología (Earl Paulk) ha extendido su invitación a la unidad hasta a los mormones, a quienes denomina “hermanos y hermanas”. (10)

Es evidente que Satanás está usando todas sus artimañas para unir a todas las religiones, sectas y movimientos en una gran fraternidad mundial. Su instrumento especial es el Movimiento Ecuménico. En esta unión anticristiana y apóstata, los apóstoles y profetas están jugando un papel muy importante para el dominio de la Iglesia en este mundo. Los apóstoles serán los “guías ungidos e infalibles”.

2. Establecimiento del Reino bajo la dirección de los apóstoles y profetas.

La última novedad que arrasa a las colectividades pentecostales y carismáticas es la ideología denominada “Teología del Dominio”. Como su nombre lo insinúa, esta teología afirma que el Reino de Dios ya existe en la Tierra. Sus protagonistas enseñan que la Iglesia tiene que recobrar el dominio sobre la tierra que fue perdido en el Edén. Será necesario “cristianizar” los sistemas políticos, sociales y económicos de las naciones y cultura, es decir, conquistar el “reino de la educación”, “el reino de la ciencia”, “el reino de las artes”, etc. Los creyentes no deberán perder el tiempo esperando la traslación de la Iglesia.

Pedro Wagner dice sin ambages que la Iglesia necesita un gobierno (tal vez de los G12 u otro) con una estructura jerárquica y piramidal como lo tiene la Iglesia Católica Romana, pero en cualquier caso, bajo el liderazgo de los apóstoles. John Eckhardt asevera: “Los apóstoles son los comandantes espirituales de la iglesia… La Iglesia necesita un liderazgo apostólico para colocar a la Iglesia en orden. Ellos organizarán y movilizarán a los creyentes como un ejército”. (11)

Hill Hamon enfatiza: “La Iglesia del siglo XXI será irreconocible en comparación con la Iglesia del día de hoy. Los apóstoles y profetas de los últimos días que están vivos en el día de hoy tomarán la iglesia a través de la transición de la dispensación de la gracia a la dispensación del reino, de la dispensación de la Iglesia mortal a la Iglesia inmortal”.

Earl Paulk declara: “Nosotros que vivimos y permanecemos somos dejados aquí para un propósito final: Conquistar el último enemigo que es la muerte. Dios nos ha dejado aquí para ejercer dominio sobre la muerte… Hasta que el cuerpo maduro de Cristo desafíe la muerte como un grupo de personas, el fin no puede venir. La historia continuará milenio tras milenio hasta que hagamos lo que Dios ha dicho que hagamos”.

Earl Paulk y Bill Hamon están entre los más prominentes exponentes de la Teología del Dominio, y según la enseñanza de estos, la Iglesia pasará de lo mortal a lo inmortal sin haber pasado por el Rapto y resurrección de los muertos (1ª Tesalonicenses 4:13–17), sin haber pasado por el tribunal de Cristo (2ª Corintios 5:10), sin haber pasado por la cena y las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:7–9), y sin haber regresado con Cristo en gloria (Zacarías 14:5; Apocalipsis 19:11–20); y sin que Cristo mismo haya establecido su reino en esta tierra (Apocalipsis 19:4).

Debemos oponernos vigorosamente a la enseñanza del Reino Presente, de lo contrario la Iglesia caerá en un grave error. Tal error conducirá al creyente a separarse de Cristo y motivará que el individuo finalmente caiga en desilusión cuando descubra que es un ser mortal, que carece de dominio y no es un “pequeño dios”. Según dicha teología, Cristo es disminuido y el hombre magnificado. (12)

V. RELACIÓN DEL APOSTOLADO MODERNO CON EL G12.

Los vínculos que unen al apostolado moderno con el Movimiento G12 son tan evidentes que no se necesitan esfuerzos para entender.

Consideremos sólo cuatro asuntos como ejemplo:

  1. Las doctrinas adoptadas por el apostolado moderno y el G12 son las mismas: restauración, quiebra de maldiciones generacionales, confesión positiva, prosperidad, guerra espiritual, etc.;
  2. La restauración del ministerio apostólico es una doctrina común en ambos movimientos. El ministerio apostólico es considerado muy importante e imprescindible en el G12;
  3. Los dos movimientos propician y les anima la misma visión de una unidad ecuménica de la humanidad para conformar una súper–iglesia universal; y
  4. Los dos movimientos son propulsores de la conquista y dominio de este mundo. El movimiento apostólico, con la restauración de todas las cosas y la toma de posesión de los reinos de este mundo; y el G12 con la expansión de la iglesia hasta lo último de la tierra mediante la “visión celular”, que es lo mismo que hablar de iglecrecimiento. César Castellanos dice: “Así que soñamos que algún día no muy lejano en todos los rincones de la tierra se hable de iglesias celulares y modelos de los doce”. (14)

De manera que al hablar de los dos movimientos, se piensa y se habla de los tentáculos del mismo pulpo. Los dos persiguen objetivos comunes y los dos están alcanzando logros de seducción, confusión y apostasía de la iglesia.

EL MOVIMIENTO G12.

I. FUNDADOR E HISTORIA BREVE.

1. La “conversión” de César Castellanos.

En su libro “Sueña y Ganarás el Mundo”, Castellanos afirma que siendo inconverso tuvo un encuentro con Dios, resultado de un reto con un ateo; quiso “purificarse” y tuvo la necesidad de “…un encuentro cara a cara con Jesús”, le dijo a Dios que si en verdad existía y era el Dios Todopoderoso lo cambiase, lo transformase o que hiciera algo, lo que él quisiera, pero que fuese “ahora”. A los quince minutos, el cuarto se llenó de una luz gloriosa frente a él; le pidió perdón por todos sus pecados. Al respecto comenta: “Vi una mano abierta que penetró mi cabeza y empezó a descender hasta la planta de los pies a manera de caricia, y a medida que lo hacía, la carga de mi pecado desaparecía”. Afirma que se liberó de los vicios, la droga y el alcohol, pero dice que “cada noche los espíritus demoníacos lo inquietaban para que volviera atrás”. (15)

2. Nacimiento de la “visión celular”.

En su libro “Sueña y Ganarás el Mundo”, César Castellanos dice que los métodos tradicionales de crecer no le funcionaban. Él estaba a punto de romperse y bajo la dirección del Señor se despidió de su iglesia para esperar en el Señor. Dice que en 1983, Dios comenzó a hablarle y le preguntó qué clase de iglesia deseaba pastorear. Apenas logró visualizar una iglesia de ciento veinte personas, la más grande que ya pastoreaba.

Dice: “Me esforzaba por ampliar ese número en mi mente, pero no podía. Comencé, entonces, a mirar la arena de la costa. Mientras la miraba, cada grano de arena llegó a ser una persona, y comencé a ver centenares de miles de personas. Entonces el Señor dijo: “Eso y mucho más te daré, si tú estás en mi voluntad perfecta”.

Así se animó y fundó la Misión Carismática Internacional (MCI). Su meta era alcanzar doscientas personas en los primeros seis meses. ¡Sucedió en tres meses! En 1986 fue a Corea y adoptó los principios de la iglesia celular según lo enseñado por el Dr. David (Paul) Yonggi Cho. Al fin de 1991 tenía setenta células. Castellanos oró desesperadamente al Señor: “Señor, necesito algo que acelere el crecimiento”. Y Dios le mostró el elemento que faltaba: El concepto que ahora se llama G12.

II CONTENIDO, FUNDAMENTOS Y PRÁCTICAS DEL G12.

El movimiento G12, como se le conoce, se presenta como la gran propuesta para el nuevo milenio y lo que más atrae a muchos es la facilidad de crecimiento que demuestra. La idea que trae el Movimiento G12 es que ellos tienen la llave para la evangelización exitosa y efectiva y, obviamente, que la visión les llegó directamente de Dios.

Cabría preguntar si éste es el modelo que Dios siempre ha usado. ¿Por qué falló Jesús al no comunicárselo a sus discípulos y a los verdaderos apóstoles? Los nuevos maestros del G12 y otros movimientos que están en sintonía con ellos nos contestarán que es porque Dios Ahora está haciendo algo “nuevo”, ahora, y que un privilegiado grupo de “profetas” de estos últimos tiempos son los encargados de revelar su verdad a la Iglesia de este tiempo.

1. Método.

Su método se basa en los pre–encuentros, encuentros, post– encuentros y reencuentros como forma de lavado cerebral. ¿Qué se hace en estos llamados pre-encuentros y encuentros?

Pre–encuentro.

Es la etapa de preparación para el encuentro, donde se orienta a la persona sobre temas que serán vistos y ministrados durante el encuentro. Esto facilita la disposición del nuevo, y por consiguiente, garantiza buenos resultados durante el encuentro. En esta etapa se dan varias conferencias: Seguridad de la salvación, conocimiento del poder de la oración, descubrimiento del poder de las Escrituras, y principios de liberación.

Encuentro.

Es el retiro espiritual al cual es llevado todo aquel que ha participado del pre-encuentro. Por espacio de tres días la persona es apartada de su rutina, para que reafirme su encuentro personal con Jesucristo. En este tiempo al nuevo creyente se le ministra de manera individual en torno a las “áreas básicas”: seguridad de la salvación, sanidad interior, liberación, plenitud del Espíritu Santo, enseñanza de la visión, etc.

2. Visión de los Doce.

El movimiento G12 se presenta como una “nueva revelación divina”, que supervaloriza la visión de los doce como solución última para la iglesia de los días actuales.

La racionalización que hay detrás del Movimiento G12 es que están siguiendo el patrón establecido por Jesús, quien “trabajó de cerca con doce hombres, de los cuales fue el mentor, para que tomaran su lugar en la tierra. Siguiendo el modelo de Jesús el apóstol Pablo entrenó a un número de hombres jóvenes (Timoteos) que posteriormente se convirtieron en los grandes líderes de la Iglesia del Nuevo Testamento.

Se espiritualiza el número doce en la Biblia. César Castellano dice: “El número doce es el número de gobierno en la Biblia. Jesús estableció su reino y gobierno en la tierra, usando el mismo principio que usó Dios para establecer a Israel en el Antiguo Testamento. De la misma manera que Israel tenía doce tribus, Jesús tenía doce discípulos. Usando este patrón, Jesús nos quiso dejar ver el modelo de cómo discipular, no sólo a nuestras comunidades locales, sino también a las naciones del mundo”.

Jesús fue muy claro en advertir a sus discípulos que no copiaran modelos de liderazgo humanos, refutó contundentemente la noción de los esquemas piramidales, de gobernar desde el tope. Jesús dijo a sus discípulos:
“Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean sobre ellas y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” Mateo 20:25–28.

3. Unción.

En cuanto a este tema, los propulsores del G12 afirman que solamente cuando la persona se adhiera a la nueva visión creada por ellos, recién entonces podrá tener una nueva unción, que es lo que traerá el éxito.

No hay ninguna enseñanza ni precedente histórico en el Nuevo Testamento que indique la necesidad de ir a algún lugar especial para buscar de la mano de algún individuo una unción impartida especial, necesaria para un ministerio eficaz. Ni Jesús, ni los apóstoles dan ninguna instrucción o algún ejemplo al respecto. La unción ya la tenemos: “Vosotros tenéis la unción del Santo y conocéis todas las cosas” 1ª Pedro 2:20.

4. Herejías.

a. Liberación y sanidad interior o sanidad de las memorias.

Es durante los encuentros que las personas son sometidas a una serie de experiencias y prácticas psicoterapéuticas como la regresión psicológica, quiebra de maldiciones, liberación de demonios, etc.

Esta es una herejía basada en la psicología atea de Segismundo Freud. Fue introducida en la Iglesia por la ocultista Agnes Sandfor. Pretende que todos los problemas de los cristianos adultos son el resultado de traumas o experiencias negativas sufridas en la niñez y propone superarlos con los métodos psicoterapéuticos de Freud.

Cualquier tentativa de cancelación de pecados por regresión, quiebra de maldiciones y sanidad interior, como práctica de autoproclamar una “salvación perfecta”, invalida el sacrificio vicario de Cristo Jesús en el Calvario.

¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia. El tornará, él tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados” Miqueas 7:18–19.

b. Confesión positiva.

La confesión positiva es el reconocimiento o dominio de situaciones deseables, lo desagradable puede evitarse cuidándose de no confesar lo negativo. Es la herejía que enseña que hay que tener “fe en la fe” de uno mismo. La fe es lo que “obliga la acción de Dios”.

Según esta postura, lo que la persona dice determina lo que recibirá y lo que llegará a ser. Por lo tanto, instruyen a la gente que se pongan a confesar a pesar de que lo que quieren puede no haber sido realizado.

La voluntad de Dios se puede conocer y puede ser reclamada por medio de la fe, sin embargo, el deseo del corazón no siempre es el criterio por el cual la voluntad del Señor se determina.

c. Visualización.

Es otra área enfatizada por César Castellanos. Al respecto declara: “La fe va muy ligada a las visiones y los sueños, tú conquistas lo que alcances a visualizar; no sientas temor de pintar cuadros en tu mente, en tu interior, cuadros de fe. Dios quiere que entiendas el lenguaje.

Las visiones y los sueños de que se habla aquí poco tienen que ver con la fe bíblica. Tales sueños y visiones pueden ser utopías nacidas de ambiciones personales, mientras que la fe bíblica siempre se apoya en una promesa de Dios. Es una falsa afirmación la declaración de que siempre se conquista lo que se alcanza a “visualizar”. Miles de casos conocidos indican lo contrario. El esfuerzo del creyente no debe dirigirse a la conquista de sus sueños, sino a la obtención de las promesas de Dios.

d. La Guerra Espiritual.

El movimiento G12 no escapa a la influencia de los métodos y propósitos impulsados por el neopentecostalismo. César Castellanos, en uno de sus estudios declara: “Es muy importante identificar los espíritus que están atando a las personas y en este caso a los nuevos creyentes, y esto se logra a través de la comunión con el Espíritu Santo…”.

Cristo y sus apóstoles bregaron con los espíritus del mal. Pero también es verdad que no los sobreestimaron. No les encontramos buscando y atando al “hombre fuerte”, no anduvieron identificando espíritus para llamarlos por su nombre ni ubicando territorios de su posesión.

Para algunos estudiosos bíblicos, el Movimiento de Guerra Espiritual es el resurgimiento del viejo animismo. Este Movimiento es uno de los elementos importantes del apostolado moderno y del Iglecrecimiento, movimientos de vanguardia de la Teología del Dominio.

III PRÁCTICAS EN LOS ENCUENTROS DEL G12.

1. Prácticas en los encuentros del G12.

Por razones de tiempo y de espacio no voy a referirme a las prácticas de los G12 comentadas por testigos y analistas bíblicos, prácticas parecidas o iguales a las de la Iglesia del Reino de Dios (“Pare de sufrir”), pero también a grupos ocultistas y espiritistas.

2. Similitud con las prácticas de Loyola, fundador de la Orden de los Jesuitas (“Compañía de Jesús”).

En los encuentros llevados a cabo por el G12 o Visión Celular se practican actividades asombrosamente parecidas por las desarrolladas por Ignacio de Loyola. Prácticas como la regresión, la búsqueda de Dios por la fuerza de la mente o de la imaginación humana, se mantiene un silencio y se lleva a cabo un ejercicio mental guiado por otra persona; el participante es guiado hasta el momento de su gestación.

a. Ignacio de Loyola.

Loyola después de prepararse para el sacerdocio, fundó con sus compañeros, en 1540, una congregación denominada la Compañía de Jesús. Loyola fue el superior general. Desarrolló todo un sistema para buscar a Dios. Lo que Loyola descubrió no era otra cosa que un ocultista ocultismo con revestimiento cristiano.

El mecanismo de Loyola otorgaba una supuesta facilidad para encontrar a Dios en todas las cosas. Fenómenos que pueden acompañar a estos ejercicios espirituales: toque y halagos divinos, dardos de fuego, éxtasis, arrebatamientos, raptos de amor, vuelos de espíritu, levitación, bilocación, estigmatización, la transformación dolorosa como en el huerto de los Olivos.

b. De los “ejercicios espirituales” de Loyola.

Los llamados encuentros deben realizarse en un lugar apartado, fuera del hábitat diario de la persona. En los encuentros del G12 es lo mismo.

En el Manual de Loyola así como en el Manual del G12 se especifica un orden a seguir, con oraciones y frases que deben ser mencionadas con exactitud en los ejercicios espirituales o en los encuentros del G12.

Se busca la autoflagelación mental por la culpa, los pecados, las debilidades carnales. En los encuentros ideados por Castellanos es idéntico:

– El cuerpo y el alma experimentan una separación;
– Se pierde contacto con la realidad;
– Se experimentan sensaciones paranormales, tales como: regresión, visualización del pasado, éxtasis, vuelos del espíritu, etc.
– Da a los participantes una sensación de felicidad única, un gozo incomparable con otras experiencias; y Motiva a la persona a vivir una vida apartada de los pecados (según la concepción y teología del Movimiento).

3. Similitud con la metodología de Escrivá, fundador del “Opus Dei”.

El G12 de Castellanos, en cuanto a sistema, a la metodología operacional y al psicologismo, tuvo como su antecesor al G12 de Escrivá, que forma parte del romanismo Torquemada. Pueden decir que es coincidencia, pero es innegable la procedencia jesuítica de la sigla, del sistema y de los métodos. Como mínimo hay uso indebido del nombre y el esquema programático, por parte de César Castellanos, quien asegura haber recibido el modelo de los doce por revelación divina. Castellanos basa todo su ministerio sobre la visión que supuestamente recibió. Sin embargo, la historia nos dice otra cosa. Aquí nos preguntamos: ¿Dios copió de Escrivá? O ¿miente Castellanos?

Fue realmente el sacerdote español José María Escrivá de Balaguer el creador del G12, el 2 de octubre de 1928, organización designada por él mismo como “Opus Dei” (Obra de Dios). Dijo que “Dios se dignó iluminarlo y tuvo una visión mística sobre el Opus Dei y lo que el Señor quería con la “obra” a través de los siglos, hasta el final de los tiempos”.

En la Organización de Escrivá existían al inicio trece clérigos, pero uno de ellos renegó, por lo cual quedaron doce compañeros fieles y sumisos. Se formó entonces y definitivamente el G12 o Gobierno de los doce que se comparaban osadamente con Jesús y sus doce discípulos, en donde Escrivá ocupaba el lugar del Hijo de Dios (megalomanía). La finalidad: reclutar laicos prominentes de varios sectores sociales. Realizaban encuentros para trabajar en ellos la “filosofía del sigilo”, la más poderosa arma de los jesuitas, hasta tener seguridad de la “fidelidad absoluta”.

Existen serios indicios y características que delatan al G12 como copia calcada de lo desarrollado por Loyola primero y adaptado al siglo XX por José María de Escrivá. Citar de nuevo las similitudes sería extender por demás este material, sin embargo, instamos a los pastores y cristianos en general a investigar sobre estos tópicos. Investiguen, lean y examinen con detenimiento, pues la salud de las iglesias evangélicas está en juego: “Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo” (1ª Corintios 10:15). (16)

IV. LOS PELIGROS DEL MOVIMIENTO G12.

El Movimiento G12, más que ostentar un método de crecimiento rápido, es la secta más peligrosa de este tiempo. Está logrando envolver con mucha facilidad a iglesias, denominaciones y líderes. A medida que se expande y avanza el tiempo, se van conociendo mejor sus características y resultados funestos.

Aquí sólo voy a anotar algunos de los peligros.

1. La aplicación de la “visión celular”, con sus encuentros, en la forma que exigen sus manuales, de las prácticas que – según testigos – se realizan en tales encuentros está causando problemas en varias áreas: problemas estudiados en la rama de la psicología clínica y social, y problemas de orden bíblico–doctrinal;

2. Es un contrasentido con las promesas bíblicas traer a la memoria los pecados pasados, sean pecados cometidos el año pasado, como los de diez o veinte años atrás.

3. El Movimiento G12 es una variante de los diversos modelos de crecimiento que existen en el mundo, con énfasis en los números, pero no en las doctrinas fundamentales de la Biblia. Los principios, métodos y prácticas están siendo adoptados por muchos con nombres diferentes. En Guatemala se le conoce como el “Modelo de Jesús”, liderado por Cash Luna; en Argentina: Células de Adiestramiento Familiar y Evangelístico (CAFÉ), liderado por Claudio Freidzon; en Perú tenemos también las “Escuelas Internacionales de Iglecrecimiento”, “Escuelas de Liderazgo”, etc. Todos ellos son grupos con nombres diferentes, pero son iguales en lo doctrinal y en practicar los famosos “encuentros” o “retiros”;

4. El programa G12, en breves palabras, es una marca basada en un método, un producto de “marketing” dirigido al establecimiento de “franquicias G12” en el mercado de la fe;

5. G12 es un Movimiento no sólo de crecimiento numérico, sino de beligerancia religiosa. Es un movimiento de intimidación y violencia. Existen testimonios documentados sobre amenazas, ataques, violaciones y destrucción; y

6. Para los analistas bíblicos existen razones contundentes para afirmar que el G12 es un movimiento de avanzada de la “Teología del Dominio” o “Reino Ahora”, propulsor no del Reino de Cristo, sino del Anticristo.

CONCLUSIÓN.

Los osados “apóstoles modernos” de hoy, indudablemente son aquellos de los que nos hablaron los apóstoles de Cristo. Muchas de sus doctrinas que protagonizan son claramente doctrinas contrapuestas a las de la Biblia. Sus pretensiones de conquistas y dominio pone al descubierto el espíritu arrogante que les anima. Pretenden establecer un reino sin el Rey, usurpando las prerrogativas de Cristo.

El deseo insubordinado de “levantarse y tomar la tierra” está haciendo que miles de cristianos fieles vayan en dirección del Anticristo y el Falso Profeta, líderes al fin de la iglesia apóstata del Apocalipsis, que ahora está en plena formación.

Grande es el desafío que tiene la Iglesia fiel ahora. Por lo tanto nuestra responsabilidad es servir al Señor con verdadera fidelidad y diligencia espiritual. Muy importante es prestar atención y obedecer la exhortación bíblica: “En el cuidado no perezosos; ardientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12:11).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Separata: “Teología del Reino Ahora, apreciación de sus raíces y ramificaciones”, por Dr. Gordon Anderson, pp. 1-4.
  2. Miguel Rosell Carillo, artículo: “El Reino Ahora y el Nuevo Orden Mundial” (II Parte), publicado en el sitio Web: http:/www.centrorey.org/apologetica_02.html
  3. John Eckhardt, “Moviéndonos en lo Apostólico”, USA, 1999, p. 35.
  4. John Eckhardt, Moviéndonos en lo Apostólico”, USA, 1999, pp.94, 31.
  5. John Eckhardt, “Moviéndonos en lo Apostólico”, USA, 1999, p.99.
  6. John MacArthur, “Los carismáticos, una perspectiva doctrinal”, Casa Bautista de Publicaciones, Texas 1995, pp.65, 41.
  7. John Eckhardt, “Moviéndose en lo Apostólico”, USA, 1999, p63, 64.
  8. Héctor Torres, libro “Apóstoles y Profetas”, Editorial Caribe, Miami, 2000, pp. 94, 96.
  9. John MacArthur, “Los Carismáticos, una perspectiva doctrinal”, Casa Bautista de Publicaciones, Texas, 1995, pp. 65, 41.
  10. Artículo: “El Reino Presente y la Iglesia”, Revista “El Avance de las Asambleas en las Américas”, Año 1989, 2 punto 7.
  11. John Eckhardt, “Moviéndonos en lo Apostólico”, USA, 1999, pp. 63, 64.
  12. Separata: “Doctrina del Reino Ahora”, Gospel Publishing, pp. 5, 6.
  13. Juan Yalico Campos, “El apostolado, revisión crítica al Apostolado Moderno”, Ediciones Beit Shalom, Lima, 2002, p. 53.
  14. César Castellanos, “Sueña y Ganarás el Mundo”, Editorial Vilit & Cía., Bogotá, 1999, p. 242.
  15. César Castellanos, “Sueña y Ganarás el Mundo”, Editorial Vilit & Cía., Bogotá, 1999, pp. 17-19.
  16. Separata: “Visión Celular–Visión Satánica”, por Fernando Carvajal Bermúdez, pp. 4-8.

* El pastor Víctor Pino Gamboa pastorea la Iglesia Evangélica Bíblica Fundamentalista “Baluarte de la Verdad” en Nuevo Chimbote, Perú. Además es director–fundador del Centro Evangélico de Investigaciones Religiosas “Berea” (Ceir–Berea).

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