Mensaje a la iglesia de Sardis

MENSAJE A LA IGLESIA DE SARDIS.

XIX Congreso ALADIC – Guatemala, 2007

Misionero Carlos Donate A.
Guatemala.

Sábado 10 de febrero de 2007.

“Y escribe al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y confirma las otras cosas que están para morir, porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido, y has oído, y guárdalo, y arrepiéntete. Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti. Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras, y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos. El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” Apocalipsis 3:1 – 6.

I. EL PROBLEMA DE LA IGLESIA EN SARDIS.

1. Tenía solamente nombre, pero no tenía solvencia moral o bíblica.

El Cristo lleno de la plenitud del Espíritu de Dios (Isaías 11:1–4) habla aquí. La iglesia en Sardis creía tener nombre de una iglesia viva, pero en realidad Dios la declara muerta. Eran como infieles de los postreros días mencionados en 2ª Timoteo 3:5, que dice: “teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella”.

En la Sardis de la antigüedad se hallaba una piedra preciosa llamada sardonia (Apocalipsis 4:3). Una de las características de esta piedra era su color rojo resplandeciente.

La iglesia de Sardis antes fue llena de creyentes verdaderamente resplandecientes para Dios. Pero, ¿por qué murió la obra? El texto dice que sus obras no eran perfectas delante de Dios. En un tiempo, la iglesia hacía las obras que le agradaban a Dios. Su razón de existir era pura y sagrada. Con el pasar del tiempo, sin embargo, perdieron su visión; perdieron la característica de ser una iglesia viva. Perdieron su “magna carta”. Cuando una iglesia pierde esto, Dios la remueve y levanta a otra en su lugar.

Sus obras no eran “perfectas”. La palabra “perfecta” (griego: pleroo) habla de un peso cabal.

Dios odia “el peso falso”. Proverbios 11:1: nos amonesta: El peso falso abominación es a Jehová: Mas la pesa cabal le agrada”. Y luego Proverbios 20:23 repite: “Abominación son a Jehová las pesas dobles; Y el peso falso no es bueno”. ¿Por qué odia Dios el peso falso? Porque es mentira, es engaño y Dios odia ambas. El problema de Sardis es que ostentaba llamarse “Iglesia de Dios” sin tener las calificaciones respectivas, sin poseer las cualidades que la distinguen como tal. Su peso era falso.

En el Antiguo Testamento, Dios midió en su balanza al rey Belsasar y lo halló falto de pureza y carácter en su reinado, por lo que le dijo: “MENE MENE TEKEL UPHARSIN”, según Daniel 5. Dios mide a la iglesia en su balanza celestial y declara si su peso es cabal o faltante. Una iglesia como la de Sardis es hallada con falta de peso doctrinal y espiritual.

Las obras que se dejaron de hacer en Sardis probablemente tuvieron que ver con las siguientes obras básicas de una iglesia:

a) Evangelizar a los perdidos;
b) Hacer discípulos de Cristo;
c) Establecer otras iglesias;
d) Apoyar la obra misionera y social; y
e) Mantener la sana doctrina.

2. Finalmente, el versículo 4 nos indica que la iglesia de Sardis “se había contaminado”, menos algunos pocos fieles.

La iglesia que abandona la sana doctrina hace que sus integrantes eventualmente lleven vidas de pecado. Doctrina floja produce cristianos flojos en cuanto a la santidad. Tu teología solamente vale si produce una vida verdaderamente consagrada a Dios. Sardis seguramente se entregó a la mundanalidad y la idolatría, la cual era imperante en esa ciudad donde las multitudes adoraban a Cibele, una deidad femenil del paganismo babilónico.

II. ¿CÓMO MUERE UNA OBRA BÍBLICA?

1. Se envuelve tanto en la religión que se olvida de lo básico, que es predicar el evangelio y ganar almas.

El diablo puede hacernos tan celosos por la iglesia, “el santuario”, sus edificios, sus aulas, y las cosas materiales, que podemos perder la visión de las almas.

Si pasamos tres horas en el estudio de la Palabra, debemos pasar a lo menos tres horas en la evangelización. La Gran Comisión de Marcos 16:15 estipula que debemos ir y predicar el evangelio de Cristo a toda criatura.

2. No se reproduce según su especie.

No entrena a la próxima generación. No hay líderes. La iglesia llama a líderes sin convicción; instala pastores y diáconos liberales y modernistas.

El Comité de púlpito, o el Consistorio, llama a un “pastorcito” que puedan manipular, y no a un verdadero hombre de Dios. Si un pastor trata de predicar contra el pecado, el Consistorio lo amenaza con quitarle su salario o expulsarlo.

3. Con el pasar del tiempo, la iglesia se convierte en un organismo puramente secular, sin el aval de Dios.

Se convierte en la religión del pueblo, que busca agradar a las multitudes. Pronto comienzan los bingos, las rifas y aun los bailes dentro de la iglesia. Se abandona la himnología sagrada, y se cambia por música contemporánea; se abandona la doctrina de la inspiración verbal de las Escrituras y se adoptan versiones populares, que suavizan la tonalidad de doctrinas como el infierno, el pecado y el juicio de Dios.

III. LA CURACIÓN PARA UNA IGLESIA “MUERTA”.

1. Vigilar, versículo 2.

Esto es un llamado a orar.

Una iglesia que batalla de rodillas contra la apostasía no será vencida fácilmente por ella.

2. Afirmar, versículo 2.

Esto quiere decir que la iglesia debe fortalecer las áreas que no han sido afectadas por el error.

Muchas iglesias tienen cosas buenas, aun cuando han dejado de existir como una iglesia “viva”.

Uno de los trucos del diablo es dejar lo bueno mientras se busca hacer lo bueno.

Cristo le dijo a los fariseos en Mateo 23:23 que era importante buscar la justicia, la misericordia y la fe, sin dejar de diezmar.

3. Acordarse, versículo 3.

Esto quiere decir que la iglesia debe recordarse de las “sendas antiguas”.

Jeremías 6:16 dice: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos”. Luego, en Jeremías 18:15 se nos dice: “Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a la vanidad, y hácenles tropezar en sus caminos, en las sendas antiguas, para que caminen por sendas, por camino no hollado”.

4. Guardar, versículo 3.

Esta palabra tiene matiz de ser militante en cuanto a batallar por la verdad, sin escatimar los costos.

Muchos líderes de hoy deben aprender a defender la fe sin temor de perder miembros o influencias.

5. Arrepentirse, versículo 3.

Por último, a la iglesia de Sardis se le exhortó a abandonar su pecado de haber perdido su buen nombre.

Un arrepentimiento genuino significa que haya derramamiento de lágrimas por haber ofendido a Dios.

Supone un corazón contrito y humillado.

Es lo opuesto de la soberbia y el orgullo que vemos en la actitud de muchos líderes religiosos de hoy.

¡Que Dios nos ayude a mantenernos en la sana doctrina en estos días de gran apostasía!

¡Qué Dios nos ayude a ganar almas para su reino y edificar en la fe a los verdaderos creyentes!

XIX Congreso ALADIC – Guatemala, 2007

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