Inspiración plenaria y verbal de la Biblia

INSPIRACIÓN PLENARIA Y VERBAL DE LA BIBLIA Y ÚNICA REGLA DE FE Y PRÁCTICA EN LA VIDA CRISTIANA

XIX Congreso ALADIC – Guatemala, 2007

Misionera Ruth Espinoza de Carreño.
Presidenta de AFFAL.
Viernes, 9 de febrero de 2007.

Características esenciales de la Biblia como palabra de Dios.

1. Es inspirada.

¿Qué es inspiración?

Inspiración significa que el Espíritu Santo, impulsó a los santos hombres de Dios a que escribieran sin error lo que Dios quería que escribieran. Esto lo afirma 2ª Pedro 1:21, que dice: “Porque la profecía no fue en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo”.

En, 2º Samuel 23:2 David lo testifica, diciendo: “El espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha sido en mi lengua”.

Otro pasaje que confirma la inspiración de la Biblia se encuentra en el cántico de Zacarías, en Lucas capítulo 1, particularmente en el versículo 70, donde al referirse al bendito Dios de Israel dice: “como habló” por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio”. Este concepto se confirma con toda claridad en 2ª Timoteo 3:16,17, que dice: “Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra”.

De modo que nos basta la Biblia para ser instruidas completa y perfectamente, no necesitamos otras guías espirituales y ninguna literatura humana la puede reemplazar, porque su autor es el Dios omnisciente, nuestro Dios. “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¿Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? o ¿quién fue su consejero? o ¿quién le dio a él primero, para que le sea pagado? Porque de él y por él, y en él, son todas las cosas. A él sea gloria por siglos. Amén”. Romanos 11:33–36.

2. Plenaria.

Dios dejó la Biblia completa, terminada, desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21, incluidos: Historia, leyes, censos, números, poesía y profecía.

Por tanto, no son Palabras de Dios las actuales revelaciones, los sueños, las profecías, porque Dios nos dejó su revelación completa, es decir, plena, y lo necesario para orientar nuestra vida conforme a su voluntad divina; lo demás está fuera de Dios y de su revelación: Dios no se deja burlar. Apocalipsis 22:18,19 dice: “Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro”. Deuteronomio 4:2 dice: “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”. Y Deuteronomio 12:32 añade: “Cuidaréis de hacer todo lo que yo os mando: no añadirás a ello, ni quitarás de ello”.

Es necesario conocer el juicio de Dios sobre estos falsos profetas, para no ser arrastradas por cualquier doctrina, aunque en la superficie parezca bíblica: “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros ni vuestros adivinos: ni miréis a vuestros sueños que sonáis. Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre: no los envié, ha dicho Jehová” Jeremías 29:8–9.

De esto deducimos la gran importancia que tiene que, como mujeres cristianas, como esposas, como madres y como miembros de la iglesia fundamentalista bíblica, conozcamos la Biblia, lo que creemos, con fidelidad a ella. “Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error”. Efesios 4:14.

No se puede defender lo que no se conoce y he aquí la tarea diaria y fundamental: leer, estudiar, conocer, meditar y obedecer la Palabra de Dios, para saber cual es el fundamento de nuestra fe, y para hablar de ella con seguridad y confianza en el Señor, en nuestro hogar, en la iglesia, con los inconversos y para defenderla frente a los enemigos de la fe preciosa en nuestro Dios y en nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

En relación con el conocimiento de nuestra Biblia:

– ¿En cuántos de nuestros hogares se hace el culto familiar permanentemente?

– ¿Cuántas de nosotras hacemos nuestro devocional privado diariamente, demostrando que Dios ocupa el primer lugar dentro de nuestros quehaceres diarios? Es mejor comenzar el día tomadas de la mano del Señor bajo su dirección que llegar a pedir perdón por la noche.

– ¿Cómo se manifiesta la influencia de la Biblia en nuestro hogar? ¿Somos mujeres felices a pesar de las circunstancias adversas, confiadas en el Dios que tenemos, que nos ama y nos cuida?

– ¿Cómo es nuestro carácter?

– ¿Tenemos dominio propio, como Dios quiere que sea?

– ¿Nuestro vocabulario y modales o manera de vivir glorifican a Dios?

– ¿Nuestro testimonio manifiesta que el amor de Dios está derramado en nuestros corazones en palabras y hechos? “…sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza”.

– ¿Nuestros hijos tienen el hábito de leer su Biblia todos los días? ¿De quién lo aprendieron?

Ser mujer fundamentalista bíblica debe ser vida de acción para ser leales y consecuentes con lo que decimos creer y para agradar a aquel que nos ve en todo momento y en todo lugar. Conociendo la Biblia podemos defender la honra de nuestro Señor con su poder en todo lugar. No sólo con las palabras, sino con lo más poderoso: con el cambio de vida, porque la Biblia es potencia de Dios: 1º Corintios 1:18.

3. Verbal.

Significa que son inspiradas hasta las palabras que Dios quiso que estuvieran, pero no significa que fueron dictadas, sino que se usó el propio vocabulario del escritor humano. Dios lo guió para que usara las palabras exactas que él quería. Jeremías 15: 16: “Halláronse tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón: porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”.

Tenemos también los siguientes pasajes bíblicos: Éxodo 19:7; Deuteronomio 5:22; 11:18–20.

4. Eterna.

“Sécase la hierba, cáese la flor: mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” Isaías 40:8;

El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”. Mateo 24:35.

También 1ª Pedro 1:23–25: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre. Porque toda carne es como la hierba, y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba: Secóse la hierba, y la flor se cayó; mas la palabra del Señor permanece perpetuamente. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada”

Salmo 119:89: “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”.

Amadas hermanas, el mundo quiere alterar la vida de los hogares cristianos en sus prácticas y formas de vida cristiana, diciendo: “pero los tiempos han cambiado”; eso era así cuando era joven”; “no podemos ser anticuados”; “debemos vivir de acuerdo con el progreso”.

Es cierto que los tiempos han cambiado para el mundo, en sus costumbres y especialmente en sus formas de vida, pero sabemos que para los hijos de Dios rige la enseñanza eterna de la palabra de Dios; su vigencia será por los siglos de los siglos.

Es eterna porque proviene de Dios que es eterno; por lo tanto, después de considerar y creer que la Biblia es la palabra de Dios y especialmente para nosotras, que hemos aceptado a Cristo como Salvador y Señor de nuestras vidas, es nuestra única regla de fe y práctica de nuestra vida cristiana diaria.

5. Única.

Significa que no hay otra.

6.  Regla de fe.

Es creer todo lo que la Biblia dice, porque es una regla perfecta y absoluta.

Fe es creer lo que Dios dice en su palabra, porque Dios lo dice, aunque algunos conceptos no los entendamos.

Es razonable no entenderlos, porque la mente del Señor es infinita y la nuestra es finita, limitada: “¿o quién entendió la mente del Señor? ¿ o quién fue su consejero?” Romanos: 11:34.

Debemos confiar en lo que Dios nos dice y nos manda, porque es para nuestro bien y felicidad. “Sabemos que a los que a Dios aman todas las cosas les ayudan a bien” Romanos 8:28.

Tenemos fe en las promesas de nuestro Dios que nos llenan de gozo, paz y seguridad. “No temas, ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres” Josué 1:9; “Mi Dios pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” Filipenses 4:19.

Cuando aprendemos a descansar en el Señor y tener fe en lo que ha prometido, podemos vivir en paz completa en nuestro corazón, confiando que “fiel es el que prometió”.

“Todo lo que no es de fe es pecado” Romanos 11:23b, porque significa no creerle a Dios, hacer a Dios mentiroso y “Dios no es hombre para que mienta” Números 23:19a. 1ª Corintios 16:13 nos exhorta a: “Velar y estar firmes en la fe”; “Porque sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6.

7. Regla de conducta.

Nuestro testimonio debe reflejar que la gracia y el poder de Dios obran en nosotras para ser diferentes al mundo, porque procuramos vivir conforme a su voluntad expresada en su Palabra. Por medio de la obediencia a ella glorificamos a Dios y nuestro testimonio de vida puede ser poderoso para traer la salvación a las almas.

¿Cómo demostramos al mundo que la Biblia es nuestra regla de conducta?

Viviendo una vida santa, apartada, en lucha permanente contra el pecado. El Señor nos aconseja: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” Efesios 6:11.

Todo estudio bíblico debe tener una aplicación práctica a la manera de vivir la vida cristiana. De lo contrario será sólo un conocimiento intelectual, que no marca los sentimientos y menos la voluntad, para tomar decisiones santas.

Esta primera doctrina de nuestra declaración de fe fundamentalista es completa para nosotras como seres humanos, porque en primer lugar nos da conocimiento intelectual; en segundo lugar conmueve nuestros sentimientos, sabiendo que tenemos un Dios inmensamente bueno que por amor se preocupó de darnos un camino de salvación; y en tercer lugar, nos dejó su palabra para guiar con seguridad y rectitud nuestro caminar en esta vida poniendo en juego nuestra voluntad para obedecer lo que nos manda en ella.

Esto último es lo más importante para nosotras como hijas: la OBEDIENCIA, básica para demostrar al mundo lo que es realmente la fe fundamentalista, no de boca, sino de vida sometida, obediente y que es en verdad nuestra regla de conducta, lo que apela a nuestro testimonio. ¿Honramos a Dios a no?

A continuación algunos aspectos de nuestra vida cristiana, para reflexionar en ellos con oración.

1. Amar a Dios. Mateo 22:37–38

¿Es él el número uno en nuestras vidas?

2. Amar al prójimo. Mateo 22:39–40 ¿Cuántos rencores hay? ¿Odios quizás? ¿Cuánto hemos perdonado de verdad? ¿Somos sin culpa? ¿Cómo es la relación con nuestro esposo? Nuestro esposo es el prójimo más cercano que Dios nos dio para toda la vida;

3. Amor fraternal. Hechos 13:1.

4. Sujeción al marido. 1ª Pedro 3:1.

5. Sujetar la boca. Eclesiastés 5:6; Proverbios 26:20;

6. Diezmar. Malaquías 3:10;

7. Humildad. Salmo 138:6;

8. Buen carácter. Proverbios 19:13; 22:24–25; 25:24;

9. Mujer virtuosa. Proverbios 12:4; etc., etc., etc.

Mis queridas hermanas, que el Señor nos ayude con su infinito poder a amar la Biblia para leerla, conocerla, estudiarla con devoción y OBEDECERLA y de este modo integrar a nuestra vida, con propiedad, esta doctrina que decimos creer y que hemos aceptado.

Para su honra y gloria, vuestra servidora en el Señor.

XIX Congreso ALADIC – Guatemala, 2007

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