Realidad actual del carismatismo

REALIDAD ACTUAL DEL CARISMATISMO.

Rvdo. Víctor Pino Gamboa.
Iglesia Baluarte de la Verdad.
Chimbote, Perú.
[email protected]

INTRODUCCIÓN.

Es un gran honor para mí participar del XVIII Congreso de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC). He venido con la seguridad de que todo lo que asimile durante este Congreso fortalecerá mi fe en Cristo, a la vez que recibiré el estímulo de aquellos que por largo tiempo vienen batallando en defensa de la fe bíblica.

También vine con el anhelo de encontrarme con los pastores Carlos Huacani y Simón Céspedes, entre otros, quienes por defender y afirmarse en la Palabra de Dios fueron maltratados, expulsados y hasta encarcelados. El que les habla ahora también es uno que por esa misma causa fue destituido, disciplinado y finalmente expulsado cuando servía como Superintendente Nacional de las Asambleas de Dios del Perú.

Agradezco al Rev. Nadir Carreño, Presidente de la ALADIC por permitirme estar aquí para exponer el tema”Realidad Actual del Carismatismo”.

Haré un intento por enfocar algunos aspectos de este movimiento multifacético, un movimiento racional y materialista, de matices y experiencias variables, por lo que resulta difícil ser concluyente en algunas afirmaciones. Sin embargo, es posible decir que en cualquiera de sus facciones es un movimiento muy peligroso. Es ante esta realidad que resulta pertinente la exhortación del apóstol Pablo cuando dice: “Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2:8). También es pertinente Romanos 16: 17-18.

I. ¿QUÉ ES EL CARISMATISMO?

1) Es un movimiento que proclama y ofrece una experiencia de la gracia y el poder de Dios, lo que los pentecostales llaman “bautismo en el Espíritu Santo”. Enfatiza el hablar en lenguas y los dones del Espíritu Santo, ocupando un lugar prominente la experiencia personal y las “nuevas revelaciones”.

2) Algunos lo llaman la “Teología de la Experiencia”.

El pastor John MacArthur (pastor, escritor y maestro de la Biblia) al respecto dice: “El defecto mayor en el Movimiento Carismático es que apela a la experiencia más que a la Palabra de Dios para dictar lo que es verdad… La experiencia genuina debe seguir a una doctrina sana. Lo que hemos experimentado no debemos ponerlo como fundamento de lo que creemos… Nuestras experiencias deben seguir a lo que creemos… Edificar una teología sobre la experiencia es edificar sobre la arena. Pero edificar una teología sobre la Palabra inspirada y revelada es edificar sobre la roca” (Mat. 7:24-27).

El Carismatismo es un movimiento muy atractivo para gente de tendencia liberal, pero muy peligroso para la ortodoxia bíblica. Su teología gira en torno al hombre, proclama la deidad de los creyentes. Sus doctrinas básicas se desprenden de sectas ocultistas, como la Escuela de Unidad del Cristianismo, la Ciencia Cristiana, el Pensamiento Positivo, incluso doctrinas de la Nueva Era. Pretenden fundar el reino visible de Cristo (milenio) por su propio esfuerzo. Su mensaje de mayor atracción es el “Evangelio de Salud y Prosperidad”.

II. ASPECTOS ATRACTIVOS DEL CARISMATISMO.

Antes de señalar aspectos negativos de sus doctrinas, quiero referirme a algunos aspectos que hacen que el Carismatismo resulte atractivo para muchos:

1) Mayor entusiasmo en la alabanza. El Movimiento Carismático, en muchos casos, ha contribuido a la revitalización de muchas iglesias y denominaciones en la alabanza y la adoración. Los carismáticos dan mucho énfasis al uso de la música y el canto espontáneo, aunque es una lástima que muchos de aquellos cantos estén desprovistos de un mensaje bíblico y cristocéntrico.

2) Ejercicio de liderazgo. Su sistema de trabajo compartido ha producido líderes que impulsan y desarrollan el trabajo de sus iglesias. De otra manera, ¿cómo podrían mantener y guiar a iglesias con miles de miembros? Su crecimiento numérico se debe al trabajo y métodos que usan, por ejemplo, el método de “células”, el “de los Doce”, etc. Sin embargo, hay tendencia a hacer mal uso del poder, pues los líderes de mayor rango asumen posturas dictatoriales (“son los ungidos de Dios, los intocables”).

3) Amor fraternal y respeto. Una de las características notorias de los carismáticos es su interrelación afectuosa y de respeto de unos con otros; de respeto, especialmente para los que les lideran. Esta actitud muchas veces hace falta en otros movimientos cristianos evangélicos; pero lo contradictorio es que muchas veces sus principales exponentes critican agriamente a aquellos que son opuestos a sus enseñanzas y objetivos, incluso fomentan la insurrección contra los líderes conservadores o fundamentalistas.

4) Agresividad en su testimonio y predicación del evangelio. No esperan ser egresados de escuelas de teología o disponer de estudios técnicamente elaborados para compartir sus doctrinas y predicar el evangelio. Aunque los métodos que emplean no sean los más convencionales ni los más adecuados, como payasos, títeres, teatro coreográfico, etc.

5) Desprendimiento económico. De los medios económicos que disponen apoyan con liberalidad a misiones y ministerios grandes e instan a otros a que también lo hagan. Lo lamentable es que generalmente es con falsas promesas, el de la “recompensa multiplicada”, a la par que desaniman que los creyentes apoyen a los ministerios pequeños, porque de hacerlo “se empobrecerían”.

6) Son gente comprometida. Participan con facilidad en eventos que organizan sus líderes, y no escatiman tiempo, esfuerzo ni dinero, aunque dichos eventos no les sean de verdadero provecho.

Seguramente tienen otras cosas buenas, pero lo lamentable es que lo bueno que de ellos podríamos aprender es ensombrecido de inmediato por su ambigüedad doctrinal y subjetivismo.

Y también, por sobre todo, por su unión ecuménica directa o indirecta con el Consejo Mundial de Iglesias y el Vaticano, movimientos que están aglutinando a todas las religiones e ideologías, pretendiendo unir a toda la humanidad en una gran fraternidad mundial, una súper iglesia, la iglesia apóstata del Anticristo.

MacArthur puntualiza: “La triste verdad es que el legado del Movimiento Carismático ha sido principalmente de caos y confusión doctrinal. El enfoque carismático a la espiritualidad no sana, y está lleno de desencanto potencial”.

III. EL CARISMATISMO Y SUS DOCTRINAS MÁS CONOCIDAS.

A. DOCTRINAS DE MODA EN LA ACTUALIDAD.

1. LA TEOLOGIA DE LA PROSPERIDAD

a. Concepto de “prosperidad” en el Carismatismo.

El significado de “prosperidad” se ha distorsionado tanto en estos tiempos que hablar de bendiciones es hablar de “salud” y “riqueza”, es decir, de un “nuevo evangelio”, el “evangelio de la prosperidad”; otros lo están llamando “Teología de la Prosperidad”.

b. Puntos doctrinales en común de los promotores de la “Teología de la Prosperidad”:

1) Que Dios promete prosperidad en lo material, riquezas y éxito a todo aquel que se una a su forma particular de interpretar el cristianismo.

2) Que la forma de adquirir esta prosperidad es por medio de la fe.

3) El uso de métodos como los de confesar audiblemente ciertos versículos bíblicos, visualizar en la mente cosas materiales que se deseen y orar pidiéndolas a Dios, o también atar y reprender espíritus de pobreza o espíritus que impiden que vengan las riquezas.

4) Un principio muy particular e importante es que ofrendando grandes cantidades de dinero a cualquiera de estos grupos se promete que Dios se lo devolverá en forma sobrenatural, multiplicado.

Cualquier estudiante serio de la Biblia se puede dar cuenta que la esencia del cristianismo ha sido suplantada por un sistema de materialismo y egoísmo, en donde a Dios se le presenta como un escalón para obtener riquezas y éxito, mientras se fomenta y manipula la avaricia de los congregantes, para estimularlos a dar dinero a la organización.

“Esto quiere decir que el Movimiento de la Prosperidad, al redefinir el evangelio en sus propios términos, manipula la Biblia y algunos conceptos cristianos para llevar a la gente al paganismo característico de nuestra sociedad consumista. En otras palabras, se trata de una forma cristianizada de materialismo y no de cristianismo”.

La “prosperidad” considerada en el contexto enteramente bíblico, prioriza la riqueza espiritual: “A los ricos de este siglo manda… que sean ricos en buenas obras”. En otras palabras, que a una clase de riqueza agreguen la otra, “que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, (generosos)…” (1ª. Ti. 6:17-18). Es hacer tesoros en el cielo (Mat. 6:19-21). A la generosidad debe sumarse el contentamiento (1ª Ti. 6:1-10; 2ª Cor. 9:8; Fil. 4: 12-13).

2. LA GUERRA ESPIRITUAL.

a. El sobre énfasis en esta doctrina.

El Movimiento Carismático hace un fuerte énfasis en la liberación de posesión demoníaca, en objetos prehistóricos o religiosos, animales, cosas, edificios, obras de arte, esculturas, fotografías, libros, personas, etc.

b. Doctrinas más conocidas:

1) Cartografía espiritual (“mapeo espiritual”). El argumento es que para ganar “la guerra espiritual” es imprescindible la investigación geográfica e histórica con “discernimiento espiritual” y conocer los nombres de los demonios y el poder que ostentan.

2) La existencia de “espíritus territoriales”. Su argumento es que existe una línea jerárquica de demonios (entidades y potestades, etc.) a quienes se les ha asignado áreas geográficas específicas.

Sobre el “mapeo espiritual”, el único pasaje al respecto en el Antiguo Testamento es Daniel capítulo 10, en el que ellos se basan para hablar de este tema. Pero haciendo un estudio serio e imparcial, es fácil entender que el objetivo principal de este pasaje es revelar a Daniel una visión escatológica con relación al pueblo de Israel; pero no es ninguna enseñanza o exhortación de parte de Dios para investigar las áreas de jurisdicción de los espíritus malignos para elaborar mapas, ni que se conozca los nombres ni rangos de los demonios territoriales (1ª Ti. 1:4; Tit. 3:9), ni tampoco el trasfondo histórico de la ciudad.

En ningún lugar del Nuevo Testamento se transmite información sobre espíritus territoriales, ni existen precedentes de “guerra estratégica” contra los demonios tal como enseña esta teología, sino sólo a nivel personal.

La Biblia no nos manda ir en busca de demonios, actividad demoníaca o estar procurando atar al “hombre fuerte”. Efesios 6 nos exhorta a ponernos toda la armadura de Dios.

Esta teología hace demasiado énfasis en la demonología, tomando en poco la naturaleza pecaminosa del hombre como la causa esencial de los males de la humanidad (Rom. 8:5-8; 1ª Juan 2:16).

3. LA MALDICION GENERACIONAL.

Como los “guerreros” creen que los objetos pueden servir como medios de transmisión de demonios, éstos otros creen que las palabras pueden cumplir el mismo objetivo, por lo cual dicen que el poder de Satanás puede residir tanto en los objetos como en las palabras.

Esta doctrina enseña que los demonios pueden transmitirse por herencia genealógica, como consecuencia de una maldición echada sobre la familia o por razones naturales.

Sugieren que existen “espíritus generacionales de sangre”.

Esta enseñanza evidentemente contradice y subestima la fe en la obra redentora de Cristo en la cruz del Calvario (He. 7:26-27; 9:11-12; 10:8-14) y niega la realidad del nuevo nacimiento (2ª Cor. 5:17). Uno de los efectos de esta enseñanza es que hace vivir a los cristianos en temor e inseguridad continua (1ª Jn. 4:18; Rom. 8:1, 15,31-39).

Existen tendencias heredadas y transmitidas por genes en los cromosomas del hombre. Puede haber deficiencias y debilidades de personalidad, psicológicas o físicas, que hemos recibido de nuestros padres; pero esto no quiere decir que las enfermedades se deban a maldiciones sobre nuestros padres y ancestros.

4. APOSTOLADO MODERNO.

a. Concepto de los carismáticos sobre el apostolado.

El argumento de los protagonistas de este Movimiento es que el “oficio” o “ministerio” apostólico -términos que ellos alternan equivocadamente, pero con malicia-, ha estado ausente de la Iglesia por más de mil años. El “apóstol” John Eckhardt, en su libro “Moviéndonos en lo Apostólico” dice: “El oficio de apóstol ha estado vacante por mucho tiempo por causa de la incredulidad y la tradición de la Iglesia. Hoy está siendo suplido por aquellos a quienes el Señor ha escogido”.

El “apóstol” taiwanés Elías Hong afirma: “Por más de mil años después de los apóstoles de la iglesia antigua Dios no levantó apóstoles. A través de Kong Duen Yee el fundamento de la Iglesia fue puesto una vez más y la completa verdad que estuvo perdida por más de mil años ha sido restaurada”.

Los apóstoles modernos enseñan que “Con la restauración del oficio de apóstol hay una restauración de la doctrina apostólica, una revelación apostólica, un gobierno con audacia apostólica”. Los apóstoles y profetas dirigirán la Iglesia en “la conquista de los reinos de este mundo”.

También enseñan que los demás ministerios (el de profeta, evangelista, pastor y maestro) están sujetos a la autoridad de los apóstoles y, en consecuencia, los apóstoles serán los líderes y gobernantes de la Iglesia.

b. Posición bíblica de los fundamentalistas.

El Nuevo Testamento parece indicar una distinción entre el oficio de un apóstol (como en el caso de los Doce Apóstoles de Cristo) y un ministerio apostólico. En este sentido, existen dos grupos de apóstoles:

El primer grupo, el de apóstoles fundamentales, conformado específicamente por los Doce, Pablo y también probablemente Jacobo. Ellos eran un grupo exclusivo y con un ministerio de por vida, comisionado directamente por Jesucristo. El oficio apostólico de los Doce, Pablo y Jacobo no fue repetido; fue único para todo el tiempo y está limitado específicamente a estos hombres del Nuevo Testamento (Ef. 6:20; 1ª Cor. 15:8-9).

El segundo grupo, es el conformado por quienes tienen el ministerio de apóstol, es decir, ejercen el ministerio apostólico en su sentido funcional. El ejercicio de este ministerio fue repetido en la vida de la Iglesia primitiva y más allá de ésta (Hech. 13:2-4; 14:4; 14:14; 15:22-34; 2ª Tes. 2:6; 1ª Ti. 1:6).

El crecimiento de la Iglesia demuestra que ningún ministerio ha estado ausente a través del tiempo (Hech. 11:21-26; 13:50; 14:19-22; 15:25-26); que Cristo como cabeza de la Iglesia siempre ha estado guiándola en el cumplimiento de su misión, y perfeccionándola con todos los ministerios (Ef. 4:12-16). En ese sentido general, los apóstoles aún son esenciales para el plan de Dios en la Iglesia (Mat. 28:20).

El problema está en el sobre énfasis que hoy se hace de este ministerio, y el autonombramiento de los mismos, sin las evidencias bíblicas de un verdadero apóstol.

Además, la enseñanza de estos “apóstoles modernos” está trayendo confusión doctrinal y corrupción; propiciando la apostasía teológica y moral de la Iglesia.

5. LA “TEOLOGIA DEL REINO” O “REINO PRESENTE”.

Esta teología afirma que el Reino de Dios existe en la tierra en forma visible. Entre sus doctrinas cuestionables está la negación del rapto o arrebatamiento de la Iglesia y del establecimiento del Reino Milenial de Cristo como hechos literales e históricos.

a. Negación del Rapto de la Iglesia.

Las posiciones escatológicas amilenaristas o posmilenaristas de los protagonistas del Movimiento Carismático actual les ha conducido a la negación de la inminencia del rapto corporal de la Iglesia, como la primera fase de la Segunda Venida de Cristo.

b. Establecimiento del Milenio.

En el transcurso del tiempo se han elaborado diversas concepciones teológicas respecto al Milenio. Básicamente se pueden agrupar en tres posiciones:

1) El premilenarismo, que enseña que la venida de Cristo se efectuará en dos fases, el rapto de la Iglesia y luego la revelación, cuando Cristo vendrá de manera visible y establecerá él mismo su reino milenial. Esta posición es la asumida por los evangélicos fundamentalistas.

2) El amilenarismo, enseña que no habrá ningún Milenio sobre la Tierra y que la Segunda Venida de Cristo será para establecer su Reino eterno. Esta posición es defendida principalmente por la Iglesia Católica Romana y un sector de los teólogos carismáticos.

Tanto el amilenarismo como el posmilenarismo son posiciones disarmónicas con la posición escatológica de los fundamentalistas evangélicos. Ambas posiciones sirven de fundamento para la teología del “Reino Presente”, en cualquiera de sus variantes.

Los teólogos y maestros carismáticos de estas concepciones tuercen el sentido y contenido de las profecías de la Biblia, dando interpretaciones antojadizas para acomodarlas al sistema que ellos han concebido, pues, de acuerdo a su conveniencia, en algunas ocasiones dan una interpretación espiritualista a las profecías de la Biblia y en otras les dan una interpretación literal y/o materialista.

c. El Reino establecido por los profetas y apóstoles.

Según la versión de John Eckhardt, Ronny Chávez, Rodolfo Font, Antonio San Cristóbal, entre otros -siendo que no habrá “rapto” o “arrebatamiento· de la Iglesia, según ellos-, “los apóstoles y profetas establecerán el Reino después de la conquista de los reinos de este mundo y cuando suceda esto, Cristo vendrá y podrán entregárselo todo a él”.

d. Politización de la Iglesia.

Las interpretaciones amilenaristas o posmilenaristas han dado cabida a concepciones erróneas sobre el Reino de Cristo sobre la tierra, como la “Teología de la Liberación” y la “Teología del Reino Presente”, entre otras.

Los carismáticos han gestado la “Teología del Reino” o “Reino Presente” que ha dado lugar a movimientos ideológicos y políticos propios. Los exponentes de esta teología impulsan a la Iglesia para que participe activamente en la política partidista, buscando establecer por medio de la conquista del poder gubernativo el reino de Dios aquí y ahora. La Teología del Reino procura que la Iglesia se introduzca dentro del sistema, para que influya, cambiando las leyes injustas e inmorales, y forjando por sus propios medios un sistema terrenal que sea regido por los principios del Reino de Dios.

La concepción materialista del Movimiento Carismático con su “Teología de la Prosperidad” hace fuerte énfasis en que la Iglesia debe tomar el control de la riqueza material de este mundo.

Los evangélicos fundamentalistas nos atenemos a lo que la Biblia enseña:

1. El “rapto” o”arrebatamiento” de la Iglesia. Es una doctrina fundamental de la Iglesia, y la Biblia enseña claramente sobre la resurrección de los que han dormido en Cristo, y su traslación junto con los que estén vivos y hayan quedado hasta la venida del Señor. Constituye la esperanza inminente y bienaventurada de la Iglesia (Rom. 8:23; 1ª Cor. 15:51-52; 1ª Tes. 4:16-17; Tit. 2:13).

2. La Biblia enseña que el Reino Milenial será establecido por Cristo mismo cuando él venga en gloria. La segunda venida de Cristo incluye el arrebatamiento de los santos, lo cual es nuestra esperanza bienaventurada, seguida por el regreso visible de Cristo con sus santos para reinar mil años sobre la tierra (Zac. 14:5; Mat. 24:27,30; Apoc. 1:7; 19:11-14; 20:1-6). Este Reino Milenial traerá la salvación a la nación de Israel (Eze. 37:21-22, Sof. 3:19-20; Rom. 11:26-27) y el establecimiento de la paz universal (Sal. 72:3-8; Isa. 11:6-9; Mi. 4:3-4).

3. Cristo nunca enseñó que la Iglesia sería parte de los sistemas políticos de este mundo. Los hombres son los que están procurando trastrocar su verdadera misión.

Los protagonistas de esta teología olvidan que todos los gobiernos humanos, con sus sistemas ideológicos, son pasajeros y efímeros, por lo que la Iglesia corre el riesgo de perder su identidad eterna, si entra en relaciones con éstos, pues tarde o temprano se comprometerán con el sistema dominante.

El propósito esencial de los teólogos del “Reino” es cambiar la injusticia y establecer por medio de la Iglesia un gobierno humano perfecto. Pero ésta y cualquier otra teología están fuera de la realidad bíblica sobre el plan de Dios, porque el Reino de Dios no es, en sentido absoluto, un sistema político establecido por el hombre aquí y ahora. Jesús afirmó: “Mi reino no es de este mundo. Si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos.

Ahora, pues, mi reino no es de aquí” (Jn. 18:36). El reino actual es el reino o gobierno de Jesús en el corazón humano que lo recibe (Luc. 17:21); es espiritual e interno. El Reino Futuro (Apoc. 12:5,10) es literal y visible; el diablo y la muerte misma serán destruidos (Apoc. 20:10,14).

Esta concepción escatológica, sin embargo, no debe hacer olvidar la responsabilidad social de la Iglesia, ni tampoco limitar su influencia como “sal” y “luz” (Mt. 5:1316). Hemos de ser concientes que la Iglesia y el mundo son dos comunidades radicalmente diferentes entre sí como la luz y la oscuridad o la sal y la descomposición; pero los cristianos, para ser de alguna ayuda a la sociedad no cristiana, como “sal” deben penetrar en la carne y como “luz” brillar en la oscuridad (1ª P. 2:11-17).

La Iglesia Evangélica posesionada de los principios morales y espirituales de Cristo debe influir en la sociedad y el gobierno, a través de grupos o individuos organizados, pero no como Iglesia identificada con algún partido político, para no politizar el cristianismo, eclipsando su preocupación central, que es la redención del hombre mediante una profunda y personal experiencia con Dios.

IV. EL CARISMATISMO Y EL ECUMENISMO.

El carismatismo es un movimiento que está haciendo lo que el Movimiento Ecuménico no pudo hacer (no pudo romper las barreras de resistencia en las iglesias históricas y pentecostales clásicas); pero el Movimiento Carismático ha encontrado puertas abiertas a través de las llamadas “experiencias sobrenaturales”, prácticas novedosas y sensacionalistas.

Ahora, amalgamadas estas dos fuerzas en propósito, doctrina y espíritu, avanzarán construyendo el andamiaje de la súper iglesia del Anticristo.

David du Plessis, conocido predicador pentecostal, advertía: “El movimiento carismático sólo seguirá siendo carismático si es ecuménico. En cuanto pierda su carácter ecuménico, perderá también su fuerza carismática”.

Por ser de naturaleza ecuménica, el Movimiento Carismático se encuentra muy activo en las Iglesias Evangélicas, la Iglesia Católica Romana y la Católica Ortodoxa.

John F. MacArthur, en su libro “Los Carismáticos: Una perspectiva doctrinal” escribe: “El ecumenismo carismático está minando consistentemente cualquier reclamo de que el movimiento carismático haya tenido alguna vez ortodoxia bíblica. En Asia, nuevas sectas carismáticas espantosas están brotando, mezclando budismo, taoísmo, confucionismo y otras falsas enseñanzas con las enseñanzas de los carismáticos occidentales. El movimiento carismático como un todo no está preparado para defenderse contra tales influencias… Y así, aunque la doctrina carismática tiende a hacer división entre grupos que son ortodoxos, ha tenido el efecto contrario entre grupos que no lo son. Los carismáticos están construyendo puentes con grupos e individuos a los que los cristianos se les ha ordenado evitar (2ª Juan 9-11). Tristemente, muchos carismáticos, hasta los que reconocen la seriedad de estos problemas, alegarán que el legado de su movimiento ha sido más positivo que negativo. Como evidencia, ellos señalarán los amplios efectos del llamado avivamiento en todo el mundo. Dirán que el ministerio carismático está revitalizando las iglesias y alcanzando los perdidos hasta lo último de la tierra. Pero la naturaleza ecuménica de mucho de ese avivamiento y expansión niega el reclamo de que sea obra de Dios”.

V. ASPECTO ETICO Y MORAL EN EL CARISMATISMO.

Muchos “maestros” del Movimiento Carismático expresan un comportamiento éticamente cuestionable, ya que por sus “revelaciones” y su mercantilismo religioso son semejantes a Juan Tetzel en la venta de indulgencias en los tiempos del Papa León X; se suma a esto la conducta mundana de muchos cristianos “renovados”.

Ante esta situación uno se pregunta:

  • ¿dónde está quedando la moral bíblica?,
  • ¿qué principios éticos sostienen a los carismáticos?,
  • ¿qué fe y qué dios están gobernando realmente sus vidas?,
  • ¿cuáles son los objetivos finales a los que apuntan?

Me parece que no se necesita ser un experto en ciencias sociales para conseguir una respuesta a estos interrogantes; bastará un mediano conocimiento de las Sagradas Escrituras y un poco de sentido común para arribar a la conclusión de que el pragmatismo relativista está permeando el carismatismo actual.

A. Pragmatismo.

¿Qué es? Es el método de juzgar las cosas según los resultados.

La Iglesia Evangélica está enfrentando un pragmatismo creciente, es decir, la concepción filosófica cuya verdad y cuyos valores de referencia son el éxito, la eficacia y lo que se supone sea logro o beneficio. El filósofo pragmático W.Jones escribe “lo verdadero consiste simplemente en aquello que es ventajoso para nuestro pensamiento”. En términos sencillos: “si algo funciona bien y resulta, hazlo”, “el fin justifica los medios”. Así pues, en esta concepción todo se relativiza. “Es aquí donde la moral y los valores espirituales se vuelven cambiantes, sujetos más a la conveniencia humana que a un decálogo divino”, puntualiza Mario Fumero, maestro y apologista hondureño.

“El pragmatismo proclama una verdad superior fuera de la verdad absoluta de Dios, por lo que crea un relativismo muy peligroso y enajenador, que penetra como veneno en la teología… y es lamentable que ya ha sido absorbido por muchos predicadores carismáticos y neocarismáticos; y lo más terrible es que está atentando contra la moral bíblica. La revelación bíblica es puesta en tela de juicio, alegando que no todo lo que la Biblia dice es verdad, y que muchas cosas están caducas”.

B. Relativismo.

¿Qué es? Es el método de juzgar la importancia de las cosas según su relación con otras. No se le asigna un valor absoluto a nada. En el caso de la moral de situación, se le da un valor de preeminencia al amor, pero lo demás varía según las circunstancias.

Es una corriente filosófica que proclama la no-existencia de una verdad absoluta: en este contexto, “la Palabra de Dios es tan sólo una cosa relativa entre todo lo creado, por lo cual la moral y la ética están sujetas a cambios según las circunstancias históricas de cada época”.

Bajo este pensamiento, se aceptan modelos de conducta que la sociedad impone, se dan leyes contrarias al principio divino: se aprueba el aborto, el divorcio,  etc.

El relativismo ha desvirtuado la realidad del infierno, ha menoscabado la realidad del pecado, ha negado la verdad de la salvación por Jesús y, lo que es peor, ha proclamado la muerte de Dios y ha declarado que el hombre es el centro de toda la creación. Esto ha creado una corriente con la cual se trata de desmitificar las Escrituras. Cada corriente saca una versión diferente de la Biblia con sus propios comentarios, acorde a sus pensamientos; inclusive en modernas traducciones se ha cambiado el texto para debilitar el poder absoluto de la Palabra de Dios.

Estamos frente a fuertes corrientes humanistas y materialistas; pero el apóstol Pablo nos advierte:”Mirad que ninguno os engañe de filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo” (Col. 2:8). “No os conforméis a este siglo, mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:2).

Debemos proclamar la absoluta soberanía de Dios y su verdad como única guía de fe y moral, caminando por las antiguas sendas (Jer. 6:16).

VI. LA MUSICA EN EL CARISMATISMO.

A. Importancia de la música en la adoración a Dios.

En la vida de oración, tanto del pueblo judío como de la Iglesia, la música era un elemento importante para rendir culto al Creador (1ª Cró. 25:1-5; Col. 3:16). En los tiempos del Nuevo Testamento fue bien entendido tanto qué es alabanza y adoración a Dios, como la música que influía en el encuentro del espíritu y Dios (Ef. 5:19; Col. 3:16). Es decir, la música cristiana era bien entendida y bien practicada.

B. ¿Qué es la música cristiana?

1. La música es una expresión de adoración y alabanza a Aquel que amamos.

Nace de la inspiración, y en ella se funden dos elementos importantes, el espíritu humano y el Espíritu Santo dentro del espíritu, para elevarnos y colocarnos delante del trono de Dios (Apoc. 14:3).

2. Es el medio de transmitir el estado anímico de nuestro espíritu en su comunión y relación con Dios, y expresar un mensaje testimonial de nuestro ser.

“No podemos saber qué es música cristiana a menos que entendamos claramente, por las Escrituras, qué es un cristiano” (2ª Cor. 5:17; 1ª Juan 5:4; 1ª P. 1:14-16; Rom. 8:29). Hemos sido hechos conforme a la imagen de Cristo. El término cristiano implica ser como Cristo.

“La música cristiana es aquella en la que el texto, música y ejecuciones son conformes a la imagen de Cristo”, enfatiza Tim Fisher, en su libro “La Batalla por la Música Cristiana”.

“En nuestras iglesias se ha perdido la definición clara de lo que es música cristiana, porque muchas personas se han avenido a aceptar cambios que vienen de afuera; y también porque la falta de conocimiento bíblico ha minado los fundamentos doctrinales de las iglesias que se dicen sanas doctrinalmente”, continúa diciendo Fisher.

C. Mercantilización de la música.

La música cristiana ha caído en un mercantilismo brutal, desviándose de su propósito, para hacer de ella un negocio lucrativo.

La “música cristiana” sin Cristo ha resultado ser un gran negocio para las empresas discográficas y la industria de la música.

“Muchos de los músicos cristianos de hoy aparentemente no están interesados en la música cristiana, sino en la música popular. Ellos llaman a su música “cristiana” para asegurarse que el gran mercado de cristianos, que no compraría música del mundo, va a comprar la música de ellos”.

D. Perversión actual de la música.

Un arte que se originó en el Cielo, en la tierra ha sido pervertido por aquél que se rebeló en contra de su Creador. Lucifer dejó de ser portador de luz para ser portador de las tinieblas de pecado. Satanás ha logrado pervertir al hombre, una creación especial, criatura hecha para que alabe al que lo creó, y como consecuencia también ha corrompido la música junto con el hombre en rebelión, y esta música corrompida ha penetrado en la Iglesia del Señor. Tim Fischer llama a esta música pervertida, “música de rebelión”. Esta música ha creado un conflicto muy serio.

Leslie Phillips, intérprete de la MCC, dice: “La gente está cansada de canciones cristianas que son solamente alabanza y adoración”. Así pues, con esta mentalidad carnal los llamados “músicos cristianos” están produciendo canciones con contenido antropocéntrico, en muchos casos sin ninguna referencia a Dios, Jesucristo, las Escrituras ni a temas bíblicos. “En realidad, la mayor parte de los textos de la MCC son en el mejor de los casos vanos y sin contenido, y en el peor, satánicos”, concluye Fisher.

Martín Lutero nos recuerda con palabras tristes “…Si alguno no canta y habla de lo que Cristo ha logrado para nosotros, muestra claramente que no cree en él en realidad”.

El Movimiento Carismático, al valerse de la música del mundo, de la “música de rebelión”, está pervirtiendo cada vez más a la Iglesia y ayudando al enemigo de Cristo y de su Iglesia. “Los escritores de la MCC diseñan sus canciones siguiendo los estilos sensuales y mundanos que la humanidad en rebelión contra Dios ha producido. Tratar de santificar formas de comunicación inferiores, con falta de balance y sensuales, no es aceptable cuando consideramos el carácter de Dios, sus atributos y su creatividad.

Es interesante mencionar aquí lo que hace muchos siglos decía Aristóteles: “Si una persona escucha habitualmente música que provoca en él pasiones innobles, todo su carácter será moldeado de una manera innoble. En otras palabras, si alguien escucha música de naturaleza mala, se volverá una persona de naturaleza mala. Y si, por el contrario, escucha música buena, tenderá a volverse una persona de naturaleza buena”.

Tim Fisher puntualiza: “La música cristiana contemporánea es la perfecta expresión del Evangelio Social combinado con el énfasis emocional del carismatismo… Dejemos que los grupos del Evangelio Social y los carismáticos tengan su música. Pero vamos a mantenernos asidos de la autoridad de la Escritura y a usar música que expresamente alabe a Dios en una forma que no es sensacional, ni sensual, ni trata de ganar el aplauso del mundo, pero que desea la aprobación de Dios”.

VII. EL USO DE LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN.

A. Las comunicaciones alienantes.

La ciencia y la tecnología han hecho avances vertiginosos en estas últimas décadas, produciendo el fenómeno de la globalización en todas las áreas del desarrollo humano. El hombre tiene a su alcance todo lo que quiera adquirir y todo lo que quiera dominar.

En las comunicaciones en particular, la televisión, la computación, el satélite, la prensa escrita, entre tantos otros, son instrumentos útiles para difundir cualquier tipo de filosofía, doctrina y pensamiento que el hombre tenga, no para compartir sino imponerlo en la sociedad.

En el área religiosa, los medios de comunicación se usan hoy según los puntos de vista doctrinales y sectarios o de los intereses financieros de personas y empresarios.

Algunos ejemplos:

1. David (Paul) Yonggi Cho enfatiza: “quizá alguien que esté mirando este ministerio en TV haya prometido una fuerte suma (de dinero) a Dios… pero en efecto no lo pagó. Usted está tan cerca de mentirle al Espíritu Santo, que dentro de unos días habrá de morir, a menos que pague el precio que con Dios haya establecido. Espero que todo el mundo esté captando el mensaje… el profeta ha hablado”.

2. Oral Roberts dice: “Si tienes una necesidad, una semilla tienes que plantar”. “La semilla de la dádiva es la semilla de fe”. “Si le das algo a Dios, él te lo devolverá centuplicado”.

3. Robert Tilton, cree que “ser pobre es un pecado, porque la promesa de Dios es la prosperidad”.

4. Marilyn Hickey, afirma: “La pobreza es un espíritu; hay que reprender, atar y echar fuera a ese espíritu”.

5. David Lozano, de radio “La Luz” (Perú) urge a sus oyentes: ¿Tienes problemas, tienes pobreza, estás enfermo?… Trae tu ofrenda a radio “La Luz”, la señal que te bendice”.

B. Los Medios Masivos de Comunicación Carismáticos.

1. Su influencia en la sociedad y la Iglesia.

Todos los medios de comunicación tienen un gran poder de persuasión en el mundo actual para bien o para mal; de manera que estos son instrumentos eficaces de los que se están valiendo muchos empresarios cristianos para crear sus imperios económicos.

La Iglesia del Señor y la sociedad en general serían inmensamente beneficiadas, si en verdad estos medios de comunicación “cristiana” estuvieran bajo el señorío de Cristo y la centralidad de su Palabra.

PALABRAS FINALES.

La apostasía en el carismatismo es una realidad que no debe ser soslayada y que conviene que sea analizada a mayor profundidad a la luz de la Palabra de Dios y la unción del Espíritu Santo.

El Movimiento Carismático es un fenómeno religioso cuya membresía está creciendo vertiginosamente en el mundo. El nombre “cristiano” que ostenta y el ropaje teológico del que se viste está camuflando muy bien la peligrosidad de sus propósitos. Con mucho éxito y de manera disimulada está engañando a millones de creyentes. El espíritu ecuménico ha tendido su negro manto sobre líderes y pastores y ha logrado confundir y adormecer a tantos, que uno se sorprende de ver cómo con sumisa reverencia aceptan la autoridad de los falsos y se someten servilmente bajo los “ungidos”.

Muchos pastores han dejado el rebaño en manos de “ladrones y “salteadores” (Jn. 10:1) y están permitiendo que los discípulos de Jesús sean arrastrados ingenuamente para ser esquilmados y destruidos en cuanto a la fe bíblica (Hech. 20:30).

En Latinoamérica se conocen pocos nombres de hombres de Dios, iglesias e instituciones evangélicas que se hayan puesto en la brecha para contender ardientemente por la fe y la pureza del evangelio de Cristo. Sin embargo, debemos emular el valor de quienes lo están haciendo, y aunque pocos, debemos tomar ánimo en el Señor y continuar peleando junto con ellos la buena batalla de la fe (1ª Ti. 6:11-12).

Y como militantes del remanente fiel que lucha por la defensa de la sana doctrina, debemos tener siempre presente las instrucciones de las Sagradas Escrituras:

Primero: No debemos creer las supuestas revelaciones, sin antes pasarlas por el tamiz de un análisis bíblico serio como hacían los hermanos de Berea (Hech. 17:11) “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo” (1ª Jn 4:1).

Segundo: Ya estamos viviendo en los postreros tiempos de los que habló el apóstol Pablo. “Empero el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios” (1ª Tim. 4:1).

Tercero: Desenmascaremos a los traficantes de la fe, los que con falsas promesas de “bendición” esquilman al rebaño y fortalecen sus imperios económicos. “Por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas” (2ª P. 2:1-3). “Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido, y apartaos de ellos.

Porque los tales no sirven al Señor nuestro Jesucristo, sino a sus vientres y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples” (Rom. 16:17-18).

Cuarto: Ante la falsa piedad y engaño de los falsos apóstoles y profetas, defendamos la fe con valor.

“Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos… teniendo (muchos) apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella; y a éstos evita (2ª Ti. 3:1,5); “…me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Jud. 3).

Quinto: Esforcémonos más en el cumplimiento de la Gran Comisión, prediquemos con denuedo el evangelio de Cristo, vivamos una santidad práctica y levantemos nuestra cabeza con gozo y seguridad, porque nuestra redención gloriosa está muy cerca. Y ante la excelsa afirmación de nuestro Redentor amado: “Ciertamente, vengo en breve”, exclamemos alborozados “Amén; sea sí. Ven, Señor Jesús” (Apoc. 22:20).

 

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