La Biblia única herramienta de vida cristiana práctica para la madre

LA BIBLIA COMO ÚNICA HERRAMIENTA DE VIDA CRISTIANA PRÁCTICA PARA LA MADRE.

Hna. Floripes U. de Hoyos.
Iglesia “El Sembrador”.
Iquitos, Perú.
amies@mixmail.com

Doy gracias a Dios, y a la Hna. Ruth, por darme la oportunidad de compartir este breve mensaje y testimonio.

Como madre cristiana de cinco hijos, me ha permitido el Señor tenerlos y criarlos en disciplina y amonestación a la luz de su Palabra: “Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella”. Prov. 22: 6. Este es uno de los versículos de la Biblia que me guió.

El corregir a mis hijos a tiempo como manda la Biblia, me hizo sentir satisfacción como madre cristiana. Proverbios 22:15: “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la hará alejar de él”; Proverbios 29:15: “La vara y la corrección dan sabiduría: mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”.

La sociedad actual logra influir mucho en nuestros hijos y, desafortunadamente, gran parte de esa influencia es negativa.

Muchos padres cristianos se angustian y se lamentan al ver a sus hijos adolescentes o jóvenes irse por el mal camino, pero no se dan cuenta que el fundamento que recibieron no fue lo suficientemente fuerte o positivo como enseña la Palabra de Dios, por el descuido al no instruirles bajo sus sabios consejos y el temor a Dios.

Los padres tienen que enseñar a sus hijos a tener convicción de su salvación. Deuteronomio 11:18-20 dice: “Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis por señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas, ora sentado en tu casa, o andando por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes: Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas”.

Dios ha depositado en nosotras, las madres, la responsabilidad de guiar a nuestros hijos sabiamente y al mismo tiempo nos provee ayuda a través de su Palabra. II Timoteo 3:14 – 17.

También, Dios nos ha dado un arma poderosa y disponible todo el tiempo: la oración; el Señor nos manda orar en todo tiempo: “Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos” Efesios 6:18.

Es cierto que el mundo con sus atractivos oprimen a nuestros hijos, pero nosotras tenemos un Dios Todopoderoso que puede y quiere ayudar a nuestros hijos y librarlos de toda mala influencia y opresión mundanas, y nosotras podemos echar mano de esa arma poderosa y suplicar a Dios cada momento, cada día, toda la vida, por nuestros hijos.

Hagamos nuestra cada día la oración de Jesús por su amado discípulo Pedro: “Mas yo he rogado por ti que tu fe no falte…” Lucas 22: 32 a.

CON RESPECTO A LA IGLESIA:

Tenemos la enseñanza de dos madres ejemplares: Loyda y Eunice, quienes prepararon a Timoteo para el servicio del Señor, teniendo como texto bíblico a Proverbios 4:11: “Porque por el camino de la sabiduría te he encaminado y por veredas derechas te he hecho andar”.

Entre los factores formativos del carácter de nuestros niños no hay ninguno tan esencial como el hogar.

En él la madre tiene incomparables oportunidades para la educación religiosa de sus hijos durante el período mas impresionante y plástico de su desarrollo.

Pero esta educación no va a tener el verdadero valor temporal y eterno si no se fundamenta en la bendita Palabra de Dios. Ella debe, por lo tanto, ocupar un lugar preponderante en nuestras vidas y en la de nuestros hijos en el hogar.

Los niños de hoy son los hombres del mañana y de ellos dependerá la vida espiritual y el gobierno de la iglesia del futuro. Es por esta razón que la orientación, pues, puede determinar el progreso y prosperidad de la iglesia o su retroceso y fracaso.

La iglesia no puede ni progresar, ni consolidarse sin la cooperación decidida de la madre.

Dios nos ha dado el tremendo privilegio de la educación en el hogar; tenemos más oportunidades de comunicación. Para mí antes que una carga, el educar a mis hijos a la luz de la Biblia fue un gran privilegio.

Si cada mujer creyente es una eficiente educadora en el hogar, podrá serlo en la iglesia, porque, además del hogar, puede desempeñar un papel importantísimo en la iglesia y eso nos enseña el Señor. No sólo hay que creer que la Biblia es la Palabra de Dios, sino también hay que obedecerla y enseñarla.

Las mujeres madres, maestras de la Escuela Dominical, son responsables de formar los próximos líderes a la luz de la Palabra de Dios, tanto en el ámbito de sus hogares como de sus clases de Escuela Dominical.

Muchas madres han cosechado los frutos de esos desvelos; por otro lado, también, seguimos el ejemplo de madres cristianas que nos han enseñado con sus palabras y vida a:

1. Ser ejemplo para la vida cristiana de sus hijos, para que siempre estén consagrados al Señor;

2. Motivar en su hogar el culto familiar y la lectura fiel de la Biblia y a tomar decisiones para la vida a la luz de ella;

3. Ser una madre de oración apoyada por el estudio práctico de la Palabra de Dios;

4. Mantener una familia cristiana fiel a Dios hasta que él venga.

Estimada hermana cristiana fundamentalista, hemos recibido, por medio de la fe, una salvación muy grande y hemos sido llamadas a edificar nuestros hogares con las armas espirituales que el Señor nos da en su Palabra.

Madres que hemos formados los líderes que hoy dirigen las iglesias, me dirijo a las madres jóvenes que están recién empezando, que continúen en esta noble labor de formar los dirigentes fieles que continuarán con la obra del Señor; esposas que apoyen con todas sus fuerzas a sus esposos.

Nuestro objetivo en este mundo es glorificar a nuestro Creador, Señor y Salvador con nuestras vidas.

Madres cristianas, mantengámonos firmes y constantes, que fiel es el que nos ha llamado y él a su tiempo nos dará el fruto de nuestra labor.

Soy una madre cristiana feliz, por ver mis hijos sirviendo al Señor. A él sea TODA la gloria.

Oremos mucho por los hogares cristianos y por los padres para que críen a sus hijos con sabiduría y temor en el Señor, porque un día daremos cuenta de nuestros hechos a él.

PARA LOS HIJOS QUE ESTARÁN ESCUCHANDO,

Les dedico Proverbios 23:15. “Hijos mío, si tu corazón fuere sabio, también a mí se me alegrará el corazón”.

Y UN CONSEJO BIBLICO A LAS MADRES:

Proverbios 29:17:“Corrige a tu hijo, y dará deleite a tu alma”.

El Señor nos mantenga siempre fieles sin fluctuar. AMÉN.

Hasta aquí mi testimonio con respecto a una madre cristiana y que Dios nos bendiga.

Suya en Cristo.

 

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