Mensaje a la Iglesia de Filadelfia (1)
MENSAJE A LA IGLESIA DE FILADELFIA
(XIX Congreso ALADIC – Guatemala, 2007).
Presbítero Juan Sepúlveda Verdugo.
Iglesia Presbiteriana Fundamentalista Bíblica de Constitución.
Guatemala, Lunes 12 de febrero de 2007.
“Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás los que se dicen ser judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado. Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar a los que moran en la tierra. He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca mas saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” Apocalipsis 3:7–13.
I. INTRODUCCIÓN.
Filadelfia significa “amor fraternal”; es la sexta carta dirigida a las iglesias ubicadas en el Asia Menor. Cabe destacar el hecho de que tanto Smirna como Filadelfia no recibieron ningún reproche de parte de Dios. Mientras Smirna es una iglesia sufriente, Filadelfia es una iglesia militante en lucha contra el mundo y los poderes diabólicos.
En el desarrollo del tema haré un análisis superficial (dado lo extenso de estos tópicos y el poco tiempo disponible) de hechos históricos que son el fundamento para comprender lo que realmente es importante para todos los que nos hemos reunido en este congreso y esto es la aplicación a la realidad actual en donde nos ha tocado desempeñar nuestro rol como cristianos, y es ahí donde quisiera que cada uno de nosotros pusiera la atención.
II. UBICACIÓN Y CONTEXTO HISTÓRICO EN EL QUE SE DESARROLLÓ LA IGLESIA DE FILADELFIA.
La ciudad de Filadelfia fue fundada por el rey persa Átalo Filadelfo II, rey de Pérgamo, alrededor del año 150 a de C. Fue edificada como un centro de cultura griega alrededor del año 200 a de C. Se hallaba a unos 48 Km. al XIX sureste de Sardis. La ciudad tenía un alto porcentaje de judíos. Fue destruida por un terremoto en el año 17 a de C. pero Tiberio Cesar la reedificó. A pesar de sufrir frecuentes movimientos sísmicos, permanece hasta hoy.
En esta época predominó como religión el culto a Diana, cuyo templo en Éfeso era en aquel tiempo una de las siete maravillas del mundo. Cibele en Smirna y Sardis, Artemisa en Tiatira, eran divinidades similares a Diana.
Luego estaba el culto al emperador, con su centro principal en Pérgamo.
El culto al emperador era la religión oficial del Imperio Romano y no rendirle homenaje era señal de deslealtad y en muchos casos significaba hacerse acreedor a la pena capital.
El culto a Diana era acompañado de las formas más bajas de excesos inmorales.
En los cuarenta años desde que Pablo había introducido en Éfeso el evangelio, el cristianismo se había extendido grandemente, y había minado seriamente estas religiones. Unos diez años después de escritas estas cartas, Plinio escribió al emperador Trajano que en esta región los cristianos eran tan numerosos que los templos paganos se veían casi desiertos.
III. CARACTERÍSTICAS DE LA IGLESIA DE FILADELFIA.
Estas cosas dice el consejero:
“Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. Porque has guardado la palabra de mi paciencia” Apocalipsis 3:8 y 10a.
Esta iglesia tenía buenas obras, practicaba la palabra de Dios, no se apartó del nombre de Dios y guardó la palabra con paciencia. Fue una iglesia humilde, pero fiel; sin pretensiones ni deseos de gobernar a la ciudad; contenta de manifestar en sí misma la vida de Jesús en medio de una sociedad pagana y corrompida; amante de la palabra de Dios y dispuesta a guardarla. Las palabras “aunque tienes un poco potencia” no comprometen espiritualmente a esta iglesia, porque se refieren no a la falta de fuerza espiritual, sino a la fuerza física. Significa que había pocos creyentes en comparación con los incrédulos y que ellos no pertenecían a los fuertes de este mundo. Pero como individuos de entre la masa del pueblo se hallaban enteramente entregados al Señor y en este sentido eran fuertes. En la humana debilidad de ellos se manifestó el poder de Dios.
“El Señor, me ha dicho: bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo. Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso” 2ª Corintios 12:9–10.
En esta iglesia, como en la de Smirna, el Señor no encontró nada digno de reprensión; y respondiendo a su fidelidad abrió una puerta delante de ella que los hombres no podían cerrar. ¿En que consistía aquella puerta? Si miramos de la iglesia hacia afuera, la puerta abierta significa oportunidad de predicar el evangelio con bendición; y si miramos de afuera hacia la iglesia, la puerta abierta significa que la predicación habría de tener éxito y muchos, aun de sus enemigos, se convertirían, pasando a formar parte de la iglesia.
El Señor le manifestó (promesa) a la iglesia que sometería a sus enemigos.
“He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, los que se dicen ser judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado” Apocalipsis 3:9.
“Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, a la gloria de Dios Padre” Filipenses 2:10–11.
El Señor le promete a la iglesia que la protegería en la hora de la prueba: “Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación” Apocalipsis 3:10a.
Y el Señor, efectivamente, protegió a esta iglesia. Quiero darles a conocer tres hechos donde se evidencia la protección de nuestro Dios para la iglesia.
- En el tiempo de la persecución general de los cristianos bajo el imperio de Trajano en el siglo primero, todas las iglesias sufrieron fuertemente, excepto la iglesia de Filadelfia;
- Más tarde, cuando todas las iglesias del Asia Menor prácticamente fueron exterminadas por los mahometanos, para sorpresa de todos, la iglesia de Filadelfia quedó intacta y permaneció cual torre de guardia en el desierto;
- Cuando mas tarde, en el siglo XIV, Tamerlán o Timur – i – lang (conquistador tártaro), borró totalmente de la faz de la tierra todas las iglesias del Asia Menor, en aquel tiempo la pequeña iglesia de Filadelfia nuevamente fue protegida como un milagro. Aun los mismos mahometanos no podían comprender esto, porque nadie molestó a la iglesia de Filadelfia y la llamaron “ciudad de Dios”.
- La congregación de la iglesia en Filadelfia se componía en su mayoría de judíos y fue muy perseguida por la sinagoga, la que calificaba a los cristianos de apostatas alejados de Dios y de la ley, traidores a su pueblo.
De manera que el Señor es fiel en sus promesas, por eso podemos confiar plenamente en ellas.
Reconociendo las difíciles condiciones bajo las cuales la iglesia ha dado su testimonio, Jesús declara su soberanía de gobierno, con respecto a la sinagoga de Satanás.
Resulta de particular interés, dado las características que poseía la Iglesia de Filadelfia, contrastarla con la realidad de la iglesia fiel actual.
Esta referencia es de interés por cuanto se parece mucho a lo que el Señor le manifiesta a la iglesia en Smirna:
“Yo sé tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza, y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, mas son sinagoga de Satanás” Apocalipsis 2:9.
Al escribir a Filadelfia no hay una declaración tan detallada, sino que la referencia pasajera crea la idea que había condiciones adversas a la iglesia de Filadelfia, similares a las que habían estorbado a la iglesia en Smirna. Allí la sinagoga judía había instigado a la población pagana para que se opusiera a la obra de la iglesia. Es probable que algo semejante hubiera ocurrido en Filadelfia. Cristo anuncia que esta sinagoga se verá obligada a reconocer a la iglesia:
“Yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado” Apocalipsis 3:9b.
IV. ¿CÓMO SE ASEMEJA A LA IGLESIA ACTUAL?
La Iglesia de Filadelfia recibe de parte del Señor una serie de preciosos elogios:
A. En primer lugar reconoce en ella sus obras, destacando de esta forma su carácter positivo y edificador.
¿Podrá la iglesia actual ser objeto de este reconocimiento de parte de Dios?
“Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas” Efesios 2:10.
Las buenas obras que esta iglesia presentaba sin duda estaban relacionadas con lo que dice Apocalipsis 3:8a:
“Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar”. Esta “puerta abierta” se refiere a la tarea de evangelización encomendada a ella.
La iglesia fiel actual ¿es realmente una iglesia evangelizadora?
América Latina crece a una tasa de 13% anual. ¿A qué tasa crecen nuestras iglesias? ¿al 1, 2 o 3%? Pareciera ser que la iglesia de hoy no podría ser elogiada por Dios de la manera que lo fue la Iglesia de Filadelfia en este aspecto.
B. Dios destaca y reconoce en la Iglesia de Filadelfia su “poco de poder”.
Esto incluye dos aspectos: en primer lugar era una iglesia pequeña en número y, en segundo lugar, era una iglesia de escasos recursos humanos, léase, influencia social, política y económica.
Sin embargo, a pesar de esta situación “negativa” desde el punto de vista humano-terrenal los creyentes de la iglesia respondieron al don otorgado por Dios de ser una iglesia evangelizadora; podemos decir que se hicieron acreedores a lo que dice
“Y llegando el que había recibido cinco talentos trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos he ganado sobre ellos. Y su Señor le dijo: bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos he ganado sobre ellos. Su Señor le dijo: bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu Señor” Mateo 25:20–23.
Las iglesias fundamentalistas de América Latina en general se ajustan bastante a la realidad vivida por la Iglesia de Filadelfia. Son iglesias pequeñas, con poco poder terrenal y de escasos recursos. A pesar de esta condición “desfavorable”, desde el punto de vista del mundo, la iglesia fiel de nuestro continente sí ha realizado un esfuerzo evangelizador y misionero, sin embargo, cabe preguntarse si hemos hecho o estamos haciendo todo lo que realmente podemos hacer en este sentido ¿O será que nos estamos conformando con un escaso crecimiento?.
C. Dios elogia a esta iglesia porque a pesar de la adversidad había sido capaz de “guardar su Palabra”.
Indudablemente el hecho de haber guardado la Palabra de Dios le dio a esta iglesia la fuerza espiritual para llevar adelante su ministerio evangelizador, demostrando y probando su fidelidad a Dios. Debemos hacer notar con mucho énfasis que la clave de su éxito fue haber permanecido fiel a la Palabra de Dios. El éxito de esta iglesia no se basó en sus capacidades humanas, de esta forma toda la gloria había de ser de Cristo y nada del hombre débil, pero fiel a la Palabra de Dios.
Las iglesias fieles de América Latina sin lugar a duda pueden apropiarse plenamente de este elogio dado a la iglesia de Filadelfia, ya que una de las características más sobresalientes de los fundamentalistas es precisamente “guardar la Palabra de Dios fiel y pura”.
D. Por último Dios elogia a esta iglesia por “no haber negado su nombre”.
Creo que nosotros los fundamentalistas al igual que en el punto anterior también podemos apropiarnos de este elogio ya que uno de nuestros postulados más básicos es reafirmar y sostener todas las verdades bíblicas expresadas en nuestra Declaración de Fe:
- La inspiración divina, plenaria y verbal de las Escrituras en sus idiomas originales y su consecuente inerrabilidad e infalibilidad y, además, por ser la Palabra de Dios, su autoridad suprema para la fe y la conducta.
- El Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
- La deidad esencial, absoluta y eterna y la humanidad real y propia, pero sin pecado de nuestro Señor Jesucristo.
- Su nacimiento de María, virgen.
- Su muerte substitucional y expiatoria, por la cual dio su vida “en rescate por muchos”.
- Su resurrección con el mismo cuerpo con que fue crucificado y la segunda venida de este mismo Jesús, con poder y gran gloria.
- La depravación total del hombre, debido a la caída.
- La salvación como efecto de la regeneración por obra del Espíritu Santo y la Palabra, no por obras, sino por gracia, mediante la fe.
- La bienaventuranza eterna de los salvados y el sufrimiento eterno de los perdidos.
- La unidad espiritual verdadera en Cristo de todos los redimidos por su preciosa sangre.
- La necesidad de mantener, de acuerdo con la Palabra de Dios, la pureza de la iglesia en doctrina y conducta.
Además creemos que el Credo de los Apóstoles es también una declaración de la verdad bíblica.
V. DESCRIPCIÓN DEL PERIODO HISTÓRICO REPRESENTADO POR LA IGLESIA DE FILADELFIA.
Aunque existen diferencias en cuanto a que las siete iglesias representan a siete periodos de la historia eclesiástica, después de un estudio de las diversas corrientes me inclino a pensar que efectivamente la Iglesia de Filadelfia corresponde a la iglesia que surgió de la Reforma del siglo XVI hasta la iglesia de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Podemos decir que la Reforma del Siglo XVI se comienza a gestar a partir del siglo IV cuando Constantino instaura en la práctica al cristianismo como religión del Estado y con Teodosio (378–395) cuando pasa a ser efectivamente la religión oficial del Estado del Imperio Romano. De esta manera se hizo obligatoria la membresía en la iglesia. Esta fue la peor calamidad que jamás le haya sucedido a la iglesia. Hasta los días de Constantino la conversión era voluntaria, lo que implicaba un cambio genuino en el corazón y en la vida práctica. Pero ahora la conversión obligatoria llenó las iglesias de gente no regenerada. La iglesia cambió de naturaleza y sobrevinieron mil años de abominaciones papales, hundiendo progresivamente a la iglesia en las tinieblas más profundas y oscuras del paganismo, ignorancia, corrupción, inmoralidad y derramamiento de sangre.
Llegamos así al 31 de octubre de 1517, fecha fijada por los historiadores como el comienzo de la Gran Reforma, en esa mañana Martín Lutero clava sus noventa y cinco tesis en la puerta de la catedral de Witemberg.
La Reforma avanzó tan rápidamente, así como un fuego sobre el pasto seco en pleno verano avivado por un fuerte viento, ya que en solamente cincuenta años había alcanzado prácticamente a toda Europa, apoderándose de la mayor parte de Alemania, Suiza, los Países Bajos, Escandinavia, Inglaterra, Escocia, Bohemia, Austria, Hungría y Polonia y ganando terreno en Francia.
La Reforma rescató la vida espiritual del mortal y endurecido formalismo ceremonial, la enseñanza sobre la regeneración salió del dogmatismo y entró en la vida y labios de aquellos que lo experimentaron. La predicación del evangelio salió de los púlpitos a las calles y casas, las discusiones se tornaron en testimonios reales.
Fue un golpe tremendo para la Iglesia Romana, que a su vez organizó la Contrarreforma.
Al movimiento reformista siguieron cien años de guerras religiosas:
– contra los protestantes alemanes 1546 – 1555
– contra los protestantes de los Países Bajos 1566 – 1609
– contra los hugonotes en Francia 1572 – 1598
– de Felipe II contra Inglaterra 1588
– la guerra de los Treinta Años 1618 – 1648
Estas guerras involucraban rivalidades políticas y nacionales, como también intereses de propiedad, ya que en la mayoría de los países la Iglesia Romana era dueña de una quinta y hasta una tercera parte de todas las tierras. Pero todas estas guerras fueron iniciadas por reyes católico–romanos, instigados por los papas y los jesuitas, con el único propósito de aplastar el protestantismo.
El número de mártires bajo las persecuciones papales excede largamente al de los mártires cristianos bajo la Roma pagana; se cuentan por cientos de miles los que perecieron entre albigenses, valdenses y protestantes de Alemania, los Países Bajos, Bohemia, España, Francia y otros lugares. Suele excusárseles a los papas en esto diciendo que “así era el espíritu de aquel siglo.” Pero nos preguntamos ¿De quiénes era aquel siglo y quiénes hicieron que así fuera?: Los papas que por mil años habían dominado al mundo cristiano. ¿Qué espíritu mató a los millares de mártires? Ciertamente no fue el espíritu de Cristo. La persecución es el espíritu del diablo, aquel que era “homicida desde el principio”.
La Reforma Protestante ocurrida en Europa en el siglo XVI fue un movimiento que cambió el rumbo de la humanidad, produjo profundos cambios primeramente en los aspectos religiosos, pero también en aspectos sociales, políticos, económicos, en las áreas del pensamiento, la ciencia, las artes. En él están las raíces de las iglesias evangélicas protestantes de hoy.
También es interesante mencionar que en este período se desarrollaron los más grandes avivamientos que haya conocido la iglesia cristiana después de Pentecostés. Es probable que de todos los ejemplos de impacto social que se podrían extraer de la historia del protestantismo alrededor del mundo ninguno sea tan significativo como el impacto que produjeron los grandes avivamientos espirituales que ocurrieron en Europa y los Estados Unidos en el siglo 18.
Trataré de sintetizar cómo el Espíritu Santo actuó con gran poder en diferentes lugares del mundo desde 1700.
1. Avivamiento entre 1729 y 1742.
Este se llegó a conocer en 1727 en Alemania y fue la raíz del avivamiento en Gran Bretaña así como en Estados Unidos; hacía énfasis en predicar el evangelio. En esta época Dios usó a hombres como John Wesley, George Whitefield, Jonathan Edwards, John Knox. Este Avivamiento influyó por casi cinco décadas; los historiadores creen que este avivamiento salvó a Inglaterra de vivir lo ocurrido a Francia en la Revolución Francesa.
2. Avivamiento entre 1750 y 1791.
Este se extendió por todo el mundo; empezó en Inglaterra a finales de 1791, se extendió a Europa. Comenzó con la evangelización al aire libre en Estados Unidos. El poder de Dios era evidente y la gente venía a Jesús por la predicación y el impacto causado a sus corazones.
3. Avivamiento del siglo XIX (1800).
Fue un avivamiento poderoso en el derramamiento del Espíritu Santo, en los años 1830 y 1840 en Estados Unidos y Europa; Dios se manifestó con gran poder y gloria. El poder de Dios cayó sobre esa generación, pero principalmente avivó a la nueva generación.
Otro fruto del movimiento de Reforma ocurrido en el siglo XVI fue el desarrollo paulatino de grandes empresas misioneras que llevaron el evangelio a todos los rincones del mundo de esa época, partiendo de las comunidades protestantes más establecidas:
- La luterana de Suecia y de Noruega en Laponia desde el siglo XVI.
- En América del Norte desde el siglo XVIII.
- La calvinista de Holanda en las posesiones holandesas de Ultramar desde 1624.
- La luterana de Dinamarca en Groenlandia y la India desde 1706.
- La anglicana en América del Norte, y después en la mayor parte de los países de Ultramar. Así en 1649 el Parlamento inglés crea la “Corporación para la Propagación del Evangelio en la Nueva Inglaterra”, primera sociedad protestante destinada a sostener financieramente la obra comenzada por Eliot (1604 – 90); en 1698 la “Sociedad para la promoción del Conocimiento Cristiano”; y en 1701, la “Sociedad para la Propagación del Evangelio en el Extranjero”.
Entre los misioneros que han marcado de una manera particular esta etapa de las misiones protestantes, hay que mencionar a:
- El inglés W. Carey (1761 – 1834), que trabajó en Birmania y la India.
- El norteamericano R. Anderson (1796 – 1880).
- El inglés D. Livingstone (1813 – 73), quien, después de haber colaborado con la “Sociedad Misionera de Londres”, fundada en 1795, partió solo como evangelista y explorador al África negra.
- El inglés J. H. Taylor (1832 – 1905), que trabajó en China (1865).
Es importante enumerar las diversas sociedades misioneras protestantes que nacieron bajo la influencia del despertar religioso. Entre las más importantes, por el número de sus misioneros y de sus colaboradores, de sus pastores y laicos, hay que citar:
- En Gran Bretaña, la Sociedad Misionera Metodista Wesleyana (1813).
- Las Sociedades presbiterianas de Escocia (1829), de Irlanda (1840) y de Inglaterra (1847).
- En América del Norte, La Oficina Americana para las Misiones Extranjeras (congregacionalista 1810).
- Las Sociedades bautistas (1814, 1845).
- Las Sociedades metodistas (1819, 1846).
- La Sociedad anglicana (1820).
- Las Sociedades presbiterianas (1837, 1859, 1861).
- La Sociedad luterana (1841).
- En los países escandinavos, las misiones danesa (1821), noruega (1842), finlandesa (1859) y sueca (1874, 1881), todas ellas luteranas.
- En Holanda, varias sociedades interconfesionales, predominantemente calvinistas (1797, 1858, 1859).
- En Suiza, la misión suiza en África del Sur (1875, calvinista).
- Hay que añadir, además, las comunidades coloniales de África del Sur (1824), del Canadá (1824) y de Australia (1849, 1855).
VI. ¿CÓMO SE ASEMEJA ESTE PERIODO HISTÓRICO CON LA IGLESIA ACTUAL?
Es interesante y resulta de particular interés hacer un análisis comparativo entre lo que fue el glorioso movimiento de la Reforma del Siglo XVI y sus consecuencias, con la realidad que estamos viviendo las iglesias fundamentalistas bíblicas en América Latina.
En primer lugar el movimiento fundamentalista surge como reacción a la incredulidad de muchos “creyentes” ubicados principalmente en los mismos seminarios donde se les impartía la formación para guiar al pueblo de Dios.
Los enemigos de la iglesia y la sana doctrina no surgieron de las filas declaradas abiertamente enemigas del evangelio puro, santo y verdadero, sino que tuvieron su origen dentro de la misma iglesia; así surge el modernismo con todas sus ramificaciones satánicas.
Como ya hemos visto la iglesia de Filadelfia se desarrolló en un medio hostil, pagano y corrompido. El cuadro que vimos en la época de la Reforma fue muy similar. La iglesia se encontraba sumida en las tinieblas más profundas de la idolatría, corrupción y degeneración. La iglesia renace y se levanta de en medio de las cenizas a un altísimo costo en los millares de nuestros hermanos que fueron martirizados bajo la persecución de la bestia romana.
A los fundamentalistas del siglo XXI nos ha correspondido vivir igualmente en un medio hostil, pagano y corrompido. Tampoco exento de persecución, baste mencionar la realidad que viven nuestros hermanos en Bolivia, Colombia y México. En el resto de los países de América Latina muchos de nuestros hermanos están pasando por situaciones difíciles de discriminación, persecución solapada, atropello de sus derechos civiles, etc.
Enfrentamos esta realidad confiando en lo que nos dice
Lucas 12:32: “No temáis, manada pequeña, porque al Padre ha placido daros el reino”.
La iglesia de Filadelfia supo responder al Señor en el trabajo que se le encomendó, al cabo de unos pocos años habían esparcido el evangelio en vastas zonas del Asia Menor. La historia parece repetirse con los cristianos del tiempo de la Reforma: a un alto costo aun de sus propias vidas supieron mantener en alto la bandera de la fe.
Salmo 60:4: “Has dado a los que te temen bandera que alcen por la verdad”.
El testimonio de estos hermanos fue la semilla de lo que sería el gran movimiento misionero de los siglos posteriores en que el evangelio llegó hasta los últimos confines de la tierra, y de los movimientos de avivamiento que significaron la conversión de millones de personas en toda Europa, América del Norte y muchos otros lugares.
Tenemos en los hermanos de Filadelfia y de la época de la Reforma grandes ejemplos de entrega y consagración al servicio del Señor. Mi pregunta es la siguiente: ¿Cuánto de lo que fueron nuestros hermanos somos nosotros, los cristianos fundamentalistas bíblicos del siglo XXI?
Se dice que no son buenas las comparaciones, pero no resisto la tentación de mirar a lo que fueron e hicieron aquellos siervos del Señor, una obra portentosa propia de gigantes espirituales, de verdaderas columnas del templo de Dios.
¿Podemos decir lo mismo de nosotros?
En alguna medida creo que sí, porque somos el pequeño remanente fiel que se esfuerza con la gracia de Dios por mantener en alto la bandera de la fe y defenderla ante el enemigo que avanza arrollador.
Isaías 59:19: “Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el espíritu de Jehová levantará bandera contra él.”
El lema de nuestro congreso es “Ardientes en Espíritu”, sin duda fue lo que sintieron los hermanos de Filadelfia y de la Reforma, un celo profundo y un espíritu encendido para obedecer la Palabra de Dios.
Mi deseo y el de todos nosotros debería ser que esto se haga realidad para la gloria y honra de nuestro Señor y Salvador, en medio de este mundo pagano, idólatra y hostil a los hijos de Dios.
VII. CONCLUSIONES.
Finalmente, quisiera dejar como conclusión lo que dice Apocalipsis 3:11:
“He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”.
1. “Yo vengo presto”.
Con estas palabras, el Señor amonesta a la iglesia y a cada creyente en particular para mantenerse despierto, velando y esperando por su segunda venida, que ciertamente ocurrirá porque su Palabra así lo enseña.
Mateo 24:42 y 44: “Velad pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”. “Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir a la hora que no pensáis”.
2. “Retén lo que tienes”.
No sabemos a ciencia cierta qué tenía esta iglesia, pero aquellos tesoros que poseía sin lugar a duda eran de gran valor, de modo que es amonestada a preservarlos con gran celo. Del texto bíblico podemos deducir que el tesoro que poseía esta iglesia estaba constituido por su obediencia, fidelidad, paciencia y testimonio público.
3. “Para que ninguno tome tu corona”.
Evidentemente esto no se refiere a la salvación, que nadie nos puede arrebatar, según Juan 10:27–29:
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”, sino a la recompensa inmerecida de acuerdo a Efesios 2:10:
“Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas”, por nuestro servicio y trabajo personal y como iglesia. Esta recompensa la podemos perder al ser infieles, flojos y/o descuidados en el servicio a nuestro Señor. Ante lo anterior debemos tener total claridad que los propósitos de Dios no se frustrarán: él enviará a otros que cumplan lo que nosotros no hayamos hecho y aquellos recibirán la recompensa, la corona de gloria que nosotros despreciamos.
XIX Congreso ALADIC – Guatemala, 2007