Velad para no caer en el racionalismo
VELAD PARA NO CAER EN EL RACIONALISMO, QUE ES MUY PELIGROSO.
Hno. Sergio Tapia. Grupo Villa Ríos – Iglesia Presbiteriana Fundamentalista Bíblica Smirna. Santiago, Chile.
XX CONGRESO DE LA ALADIC, RECIFE, 26 AL 31 DE ENERO DE 2015
17 Porque no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio: no en sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.
18 Porque la palabra de la cruz es locura á los que se pierden; mas á los que se salvan, es á saber, á nosotros, es potencia de Dios.
25 Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres.
1ª Corintios 1:17-18 y 25.
¿Qué es el racionalismo?
Esta es la primera pregunta que nos surge cuando uno escucha el título de este tema. Por racionalismo se entiende, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, como una doctrina filosófica cuya base es la omnipotencia e independencia de la razón humana. Otra definición del mismo diccionario dice que es un sistema filosófico que funda sobre la sola razón las creencias religiosas.
Una definición del teólogo Charles Hodge, señala que por racionalismo se entiende el sistema o teoría que asigna una indebida autoridad a la razón en cuestiones de religión.
Si nos plantearemos saber cuál es el origen histórico del racionalismo, así como está definido anteriormente, podríamos decir que ocurre desde que el hombre se reveló contra Dios. En el jardín del Edén el hombre puso su razón en contra posición a la autoridad de Dios, haciendo su propia voluntad e independizándose de la de Dios.
Pero este tema va a partir abordando el racionalismo como una materia filosófica y estructurada que ha ido progresando y cambiando a través de los siglos hasta nuestra época en que reina como el pensamiento del postmodernismo. Se presentará un breve resumen del origen del racionalismo, que no pretende ser una cátedra de filosofía, sino más bien, una explicación sencilla, de cómo ha ido cambiando hasta nuestros días.
El racionalismo puede ser catalogado como el movimiento filosófico madre que da origen a la era moderna filosófica que abarca desde el renacimiento en el siglo XVI hasta principios del siglo XX, para luego dar paso a la postmodernidad que es la época que vivimos actualmente. Para entender el origen del racionalismo y lo que fue, tenemos que remontarnos a la época en que diversos hombres comenzaron a descubrir que el mundo en que vivían no era tal cual como se lo habían enseñado. Varios factores se juntaron para que el hombre dejara el pensamiento medieval y adoptara una nueva forma de ver las cosas.
Las personas del renacimiento tuvieron un despertar y una admiración hacia la cultura griega que centraban su pensamiento en el hombre, y por ende hacia lo humanista; ya no hacia los dogmas religiosos y teocéntricos que habían mantenido la atención del hombre durante la época medieval. El hombre renacentista no tenía puesta su preocupación en el destino de su alma. Un ejemplo dejará esto más claro.
Al fin de la edad media habían filósofos llamados escolásticos y los que no lo eran, es decir, los anti escolásticos. Ellos discutían sobre cuál era el sentido más importante. Los escolásticos decían que era el oído, pues a través de él podían escuchar la enseñanza de los teólogos, la tradición y los dogmas para su propia alma y destino de ella; a través del oído se traspasaba y recibía la enseñanza, por eso para ellos era el más importante. En cambio los anti escolásticos decían que el sentido más importante era la vista, pues a través de ella podían descubrir y explorar por ellos mismos, captar y observar los fenómenos y poder comprobar la veracidad de lo que se dice. Esta larga discusión marco la transición de la época medieval a la renacentista; y es aquí donde aparece, por ejemplo, el caso de Copérnico y Galileo.
Aristóteles había dicho 400 años A.C que la tierra era el centro del Universo y durante veinte siglos pasó esta enseñanza de una generación a otra sin que nadie la cuestionara o la comprobara. Entonces apareció Copérnico que propuso, sin demostrarlo, que el sol era el centro y la tierra giraba alrededor de él. Luego vino Galileo y gracias al telescopio perfeccionado por él, comprobó que lo que se creía por verdad indiscutible era falso, que habían estado engañados, la tierra gira alrededor del sol y no al revés.
Esto produjo una conmoción de ideas en donde prevaleció la duda de si todo lo que creían era verdadero o no. Y es así que aparece la primera figura importante de la filosofía moderna a principios del siglo XVII que fue René Descartes, que recoge en su forma de pensar el ambiente de la época post renacentista y sienta las bases de la nueva mentalidad racionalista. Él había recibido una educación en el más ilustre colegio de Francia, el de la Fleche, de los Jesuitas y por ende, recibió toda la educación de la ciencia y filosofía Aristotélica y Escolástica; conoció asimismo toda la matemática y la física de su época; y formo parte del ejercito viajando en las guerras religiosas. Luego de esto a los 32 años decidió retirarse a la soledad y recapitular serenamente sobre el complejísimo mundo cultural al que no veía unidad, ni base, ni sentido.
Para Descartes la idea medieval del mundo geocéntrico se había derrumbado, ya no era la tierra ni el hombre el centro del universo, habían vivido engañados durante muchos siglos y esto le produjo un gran drama donde se cuestionó: ¿Cómo puedo conocer y llegar a la verdad? Si ni la tradición ni los sentidos pueden ser seguros. Entonces él empleo un método para llegar a la verdad, el método de la duda. Él no quería descubrir muchas verdades, tan solo le bastaba con conocer una pero que esta fuera invariable y segura. Todo lo que Descartes examina le parece dudoso. Cuando está frente a los objetos, sabiendo que los sentidos pueden engañar, se pregunta: ¿Cómo puedo saber que ese objeto está allí? ¿No será todo un sueño? ¿No me estará engañando algún espíritu demoniaco? Descartes se detiene al cabo de su análisis ante una proposición en la que no ve posibilidad de ataque: Dudo de todo, pero al dudar estoy pensando y si pienso, existo (de aquí surge su famosa frase “Pienso, luego existo”). Él duda de todo, pero no de la conciencia de sí mismo. A partir de esto desarrolla su filosofía y un sistema de seguridad matemática y cree poder demostrar por medio de la razón que Dios y el alma existen.
Contemporáneo y después de Descartes, surgen nuevas ideas y con ellas nuevas filosofías que van dando forma al empirismo, al deísmo, el idealismo, el materialismo, el existencialismo, liberalismo, modernismo, etc. Todas estas filosofías contribuyeron en la época moderna (siglo XVI al XX) a que el hombre fuera la medida de todas las cosas, dejando de lado a Dios; la razón del hombre, ellos pensaban, lograría muchas cosas buenas; progresos, mejoras, ideales, avances en la calidad de vida, la ciencia daría respuestas a todas las interrogantes de origen y existencia, etc.
Nacen ideologías como el nacionalismo, como el nazismo o el marxismo que se levantaban como religiones con seguidores, dogmas, himnos, etc… Fueron auténticas religiones seculares que reemplazaron la religión en Dios. “Cambio, evolución, progreso” eran las consignas del hombre moderno, pero todos estos intentos fracasaron pues pusieron toda su confianza en la razón. La razón es una herramienta útil si admitimos su limitación, pero es demasiado débil como para ser el único punto de apoyo, el único fundamento para el hombre, porque no logra resolver las tenciones de la vida ni restaurar nuestra relación con Dios.
Como consecuencia de los frutos de la filosofía y las ideologías se tejieron al principio del s.XX guerras mundiales, más tarde revueltas universitarias y sociales, personas como los hippies protestando en contra del mundo y una sociedad que se fue desencantando de la modernidad; se suponía que las cosas mejorarían y como no fue así, la postmodernidad (nuestra época) es una reacción a la modernidad.
La postmodernidad es un mundo desencantado que dice que no vale la pena luchar por un mundo mejor, por un hombre nuevo.
Lo único que vale es el “hoy” y el “yo”; sólo les interesa la búsqueda de lo inmediato y lo placentero. Los individuos sólo quieren vivir el presente: el futuro y el pasado pierden importancia, e incluso intentan reinterpretar y reescribir la historia según más les convenga.
La actitud del hombre postmodernista es hacer un corte con la historia y rechazar el pasado. También se niega a hacer una interpretación sería de la realidad, rechazando el racionalismo estricto del modernismo y se abre a que todo es subjetivo: la verdad, la moral, el lenguaje, todo tiene interpretación válida.
Y esto es lo que tenemos hoy en día en este mundo globalizado: un relativismo de la verdad, conciencias cauterizadas, el uso de la razón en pos de la místico y la iglesia de Cristo en medio de toda esta confusión, que como en Babel, es lo que deja la razón del hombre sin temor de Dios y que desprecia las Sagradas Escrituras.
¿Qué ha pasado con las iglesias que alguna vez profesaron ser fieles?
El racionalismo desde sus inicios aumentó la separación entre la fe y la razón ya iniciada con Tomás de Aquino, comenzando a exaltar la razón como habilidad humana perfecta para alcanzar el conocimiento de la verdad, dejando de lado la revelación especial de Dios, que es Su Palabra.
Como consecuencia natural de esto el hombre comenzó a tener un conocimiento distorsionado de Dios y se originó el “Deismo”, que dice que Dios creó todo el universo otorgándole leyes y luego lo dejó a su suerte sin preocuparse más de sus criaturas. Sostienen que no es consecuente con la naturaleza de Dios y con su relación con el mundo, suponer que Él interfiere con una acción directa en el curso de los acontecimientos.
Según esta doctrina, la verdadera teoría del universo es que habiendo Dios creado el mundo y dotado a sus criaturas con sus atributos y propiedades, ha hecho todo lo que era consecuente con su naturaleza. Él no interfiere con su actividad inmediata en la producción de efectos. Ello pertenece a la eficacia de las causas segundas. O, si se admite que realmente llegara a intervenir, esto sería moralmente imposible, porque implicaría imperfección en Dios. Si su obra necesita su constante interferencia, tiene que ser imperfecta, y si es imperfecta, tiene que deberse a que Dios es deficiente o en sabiduría o poder. (Pero la Biblia nos revela un Dios que está constantemente presente en todo lugar con sus obras y que actúa sobre ellas, no sólo de manera mediata, sino inmediata, cuando, donde y como mejor le place).
Otros se volvieron a la pagana y antigua creencia del panteísmo que dice que todo es Dios.
Más tarde el liberalismo trajo consigo la alta crítica de las Escrituras y con ellos toda una teología anti bíblica que dio origen al modernismo en donde se niegan doctrinas fundamentales de las Escrituras como: el nacimiento virginal de Cristo, la resurrección de los muertos, los milagros, la inspiración plenaria de la Biblia asegurando que sólo contiene la palabra de Dios.
Rechaza la divinidad de Cristo, diciendo que Jesús solo fue semi-divino.
Reemplazan la doctrina del pecado original por la doctrina de la bondad inherente del ser humano y la doctrina de la Segunda Venida por la idea que la tarea de la iglesia es crecer el reino de Dios en la tierra, mediante la acción social o evangelio social.
Toda esta apostasía solamente ha logrado que existan iglesias de inconversos, que sin enfoque alguno en la verdad de Dios, tomen la Biblia para interpretarla para su propio beneficio como el movimiento ecuménico que toman pasajes como Juan 17:21 “Para que todos sean un cosa; como tú, Oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean en nosotros un cosa…” para formar una iglesia mundial, más por razones políticas que espirituales.
Una iglesia llena de inconversos provoca que se mundanalize.
Una iglesia que no predica el evangelio verdadero no tiene creyentes genuinos que se santifiquen en la verdad de Dios y por ende, la vida mundana se hace patente como una infección que lo contamina todo, transfiriendo su virus a otras iglesias que aunque sanas, terminan por corromperse.
Porque así ocurre con los creyentes que dejan de lado las Escrituras, no pueden estar alertas, no tienen como darse cuenta de lo que está bien o está mal.
¿Por qué es peligroso el racionalismo?
Porque pone el énfasis en la razón y adquiere un indebida autoridad por sobre Dios y su revelación. Hoy en día es la razón del postmodernismo la cual atenta a cada uno de nosotros que somos parte de la iglesia fiel de nuestro Señor Jesucristo.
LA IGLESIA ANTE EL POSTMODERNISMO
La iglesia ante el postmodernismo tiene dos opciones:
- O se adapta a lo que buscan las personas postmodernas, preocupándose del “hoy” y del “yo”,
- O se enfrenta ante esto con el evangelio, que es lo único que tiene poder de Dios para la salvación de las personas.
1ª Corintios 1: 21-25:
21 Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios por sabiduría, agradó á Dios salvar á los creyentes por la locura de la predicación.
22 Porque los Judíos piden señales, y los Griegos buscan sabiduría:
23 Mas nosotros predicamos á Cristo crucificado, á los Judíos ciertamente tropezadero, y á los Gentiles locura;
24 Empero á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y sabiduría de Dios.
25 Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres.
Romanos 1:15:
16 Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud á todo aquel que cree; al Judío primeramente y también al Griego.
Optar por la primera opción es muy fácil dada la inmensa cantidad de iglesias que ya se han adaptado al pensamiento racional del postmodernismo.
Existen iglesias del evangelio de la prosperidad que se preocupan del “hoy” para que los problemas de la gente desaparezcan y sean prósperos y felices “ahora”.
Otros dicen: “Pare de sufrir”, es decir, “hoy” yo puede ser dichoso.
Existen iglesias neo-evangélicas que No queriendo comprometerse con el fundamentalismo, ni con las filas del modernismo, han adoptado un posición intermedia para no ofender a nadie, empleando diferentes estrategias como la infiltración o el pragmatismo. Es amplio el abanico de la apostasía para quienes se quieren adaptar al “hoy” y el “yo” del mundo postmoderno.
La segunda opción es la que nos compete a nosotros, ¡es la opción que debemos seguir sin dudar, cueste lo que cueste! Seguir predicando el evangelio y defendiendo nuestra fe.
El testimonio del apóstol Pablo es notable y un ejemplo para seguir.
El dijo a los Corintios: “Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio, no en sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo”.
Si Pablo hubiera predicado con argumentos racionales habría inutilizado el mensaje de la cruz, pues el nacimiento, muerte y resurrección de Cristo no se sostiene en el poder de la razón humano, sino en el poder de Dios.
De ahí que para el hombre caído el evangelio sea una locura, un motivo de burla y algo que debe ser mejorado para que sea útil según la propia opinión y conveniencia del hombre actual.
Pablo predicó a Jesús y la resurrección cuando estuvo en Atenas, esperando a Timoteo y Silas. Predicaba en la plaza cada día a lo que concurrían allí.
Y los filósofos de los epicúreos y los estoicos, disputaban con él. ¿Pero que disputaban con él? La enseñanza del evangelio y el Señoría de Dios, puesto que iba en contra de la creencia y filosofía de ellos.
Ahora debo recordarles que el error del ser humano es cíclico y mucho de lo que hoy el hombre sostiene o busca fuera de Dios, ya lo hicieron en la antigüedad.
Los epicúreos, por ejemplo, buscaban la paz y el equilibrio interior subordinando a la razón las inclinaciones sensuales. Para ellos el fin último es alcanzar la felicidad a través de la conquista de dos temores: el temor a los dioses y a la muerte. Decían además que el hombre está compuesto de una sutil red de átomos esféricos y que la muerte es solo la disgregación de esos átomos y en ese momento el alma desaparece para siempre.
Por otro lado los estoicos pusieron el acento en la ley que mueve el universo; que todo está fatalmente ordenado por el logos universal y lo único que puede hacer el hombre es sujetarse según esa ley; ley que conducía a un extremo de legalismo de ardua disciplina y rigidez moral, en donde por medio de la razón el hombre podría sujetar las pasiones y hallar el placer y le felicidad en la sabiduría.
Estas dos eran parte de la filosofía grecorromana con la cual Pablo contendió cuando le pidieron razón de su fe… porque debemos dar razón de nuestra fe y defenderla como nos enseña 1ª Pedro 3:13-15
13 ¿Y quién es aquel que os podrá dañar, si vosotros seguís el bien?
14 Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados;
15 Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.
En el libro de los Hechos 17:17 al 34 se halla la predicación de Pablo:
17 Así que, disputaba en la sinagoga con los Judíos y religiosos; y en la plaza cada día con los que le ocurrían.
18 Y algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estóicos, disputaban con él; y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección.
Pablo predicó aquello que precisamente iba en dirección opuesta a lo que estos filósofos sostenían, la real resurrección de los muertos y la vida después de la muerte.
19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué sea esta nueva doctrina que dices?
El Areópago era una colina situada al oeste de la famosa Acrópolis de Atenas, sede del consejo político como fue mucho años antes que Pablo viniera; y por aquellos días solamente funcionaba como un tribunal para juzgar asuntos criminales, pero sin duda un lugar importante.
20 Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas: queremos pues saber qué quiere ser esto.
21 (Entonces todos los Atenienses y los huéspedes extranjeros, en ningun otra cosa entendían, sino ó en decir ó en oir alguna cosa nueva.)
22 Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más superticiosos;
23 Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo.
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos,
25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas;
26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de los habitación de ellos;
27 Para que buscasen á Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros:
Pablo enseña que Dios es creador de todo, que transciende esta creación, pero al mismo tiempo es un Dios personal, que tiene comunión con sus criaturas.
28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.
29 Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Divinidad ser semejante á oro, ó á plata, ó á piedra, escultura de artificio ó de imaginación de hombres.
30 Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia á todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan:
31 Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe á todos con haberle levantado de los muertos.
Después de esta vida hay un juicio y la existencia del alma continúa, no todo termina como lo sostenían los epicúreos.
32 Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez.
33 Y así Pablo se salió de en medio de ellos.
34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales también fué Dionisio el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
Te oiremos acerca de esto otra vez… A pesar de la burlas, a pesar de la discriminación o de las amenazas, el apóstol continuó adelante con la predicación del evangelio. El no se adaptó a su entorno cambiando su mensaje para agradar más a la gente o tener más seguidores. Fue fiel en predicar todo el consejo de Dios.
¿CÓMO PUEDE SER PELIGROSO EL RACIONALISMO PARA UN CREYENTE COMÚN Y CORRIENTE?
En primer lugar cuando comienza a dejar de luchar por la sana doctrina porque no quiere ofender a los demás que le rodean, vale decir, cambiar paulatinamente su postura frente a la presión que hay de parte del medio en que nos desenvolvemos.
No creo que muy seguido alguien no lance un ataque contra alguna doctrina en específico, sino más bien el ataque se concentra en cosas más prácticas como todo lo que tiene que ver con la desviación moral actual, las leyes sobre el matrimonio homoparental, el aborto, los anticonceptivos, la eutanasia, las causas para un divorcio, etc.
Cuando hay un cristiano fiel, siempre nos preguntarán que piensa uno sobre un tema conflictivo socialmente y que dice la Biblia al respecto o “tú religión”.
¿Qué vamos a responder?¿Con nuestra razón para dar una respuesta que no me haga quedar mal con el resto o voy a declarar cual es el principio o mandamiento que Dios revela en su Palabra?¿y si ese principio o mandamiento es cuestionado de parte de ellos, estoy preparado para defenderlo con amor, prudencia y templanza, para demostrar cuan equivocados están por su filosofía postmoderna?
Por último el racionalismo postmoderno es peligroso cuando el creyente se dejar llevar por el estilo de vida de esta generación.
Somos por lo general muy buenos para aprender por medio de la imitación. Ante nuestros ojos cada día recibimos el ejemplo del comportamiento de gente que, como dice la Escritura, el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos… y ellos nos comparten su manera de ver y entender la vida, y caemos en hacer lo mismo que ellos en términos de individualismo, materialismo y forma de pensar.
Pero la Palabra del Señor es muy clara en decirnos “no os conforméis a este siglo” Romanos 12:2.
Y con la misma fuerza el Señor no dice que debemos tener la mente de Cristo: debemos aprender su vida y sus palabras para ser luz y sal en esta tierra. 2ª Corintios 4:6-7
6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
7 Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros.
CONCLUSIÓN
El Señor nos manda a velar porque somos imperfectos, somos vasos de barro, que no sabemos todo y mucho nos falta por aprender y crecer como cristianos.
Pero al mismo tiempo tenemos el evangelio que es poder de Dios para salvación, nuestra arma para salvar al más férreo ateo y enemigo, pues para Dios no hay cosa que sea imposible.
Que el Señor nos ayude a mantenernos firmes y constantes.
No desmayemos, aunque este nuestro hombre interior se va desgastando, el interior empero se renueva de día en día.
Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria.
Amén.